Economía

Subida por la puerta trasera

El Gobierno ha conseguido que los ciudadanos se hagan el cuerpo a otra subida del recibo de luz el próximo julio. Aunque Sebastián insistió ayer en que el alza no será del 20%, como prevé proponer la Comisión Nacional de la Energía, de una forma u otra, el aumento del precio se ve venir. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 04:36 h.

El Gobierno ha conseguido que los ciudadanos se hagan el cuerpo a otra subida del recibo de luz el próximo julio. Aunque Sebastián insistió ayer en que el alza no será del 20%, como prevé proponer la Comisión Nacional de la Energía, de una forma u otra, el aumento del precio se ve venir. Y eso que decía que sólo subiría como el IPC.

Al final, el recibo de la luz se dejará notar un poco más en los bolsillos de los consumidores. Tras el aparente desencuentro del pasado viernes entre el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y el secretario general de Energía, Pedro Marín, a raíz de una hipotética subida del 20%, puede haber un aumento del precio mayor del que el Gobierno defendió a finales de 2007.

El ministerio entonces capitaneado por Joan Clos hablaba de subir el recibo en el entorno del IPC, un alza que ya aplicó durante el primer trimestre del año, el 3,3%. Durante el segundo, congeló la tarifa, en un ambiente de elecciones generales donde discutir sobre una cuestión que afecta a todos los ciudadanos podría traer complicaciones. Ahora, ante la siguiente revisión de la factura, las cifras se disparan.

Este mecanismo de actualizar el precio de la electricidad cada trimestre se viene aplicando desde julio del pasado año. En ejercicios anteriores, sólo se revisaba la tarifa una vez cada doce meses.

Marín insinuó el pasado viernes que la Comisión Nacional de la Energía (CNE) apuntaría a una subida del 20%, una reclamación que vienen haciendo desde hace tiempo las compañías eléctricas, que exigen que el coste real de la energía se vea reflejado en la tarifa. Ante esta impactante cifra, Miguel Sebastián saltó a la palestra para decir que este aumento "no sería razonable", aunque en ningún caso negó que se vaya a producir un alza.

Es decir, que si durante el tercer trimestre se aplica otra subida al recibo de la luz, se sobrepasará, casi con seguridad, el ajuste del precio al entorno del IPC, que era, recordemos, lo que insinuó el Gobierno a finales de año. En conclusión, se lanza la piedra, se esconde la mano, pero la congelación no parece probable el próximo julio. Con este mecanismo el Gobierno ha logrado, de alguna manera, que el consumidor se haga la idea de que otra gota más llenará el vaso de sus problemas económicos, que se unen a los provocados por el efecto de la desaceleración económica, la escalada de los precios y la subida del Euríbor. Es decir, un encaremiento por la puerta trasera.

De hecho, las asociaciones de consumidores ya han alzado la voz para pedir al Gobierno que tenga en cuenta las dificultades por las que atraviesan los ciudadanos en España y plantearon si no sería un "globo sonda" enviado por el Gobierno para aplicar un vuelco en su política tarifaria.

En cualquier caso, la proposición de la CNE no es vinculante y será el Gobierno el que diga la última palabra en lo que a la subida de la electricidad se refiere. Ésta es la primera vez que el proceso se desarrolla de esta manera, ya que con anterioridad el regulador energético emitía sus informes después de que el Ejecutivo le remitiera la orden ministerial con la revisión.

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