Al parecer, hay jueces empeñados en que las reflexiones faltas de lógica se instalen en la administración y cada día nos desayunamos con votos a favor, en contra, abstenciones o sentencias que nos suman en la perplejidad. Por ejemplo, uno de Sevilla acaba de dictaminar que de los menores en el colegio son responsables los profesores y que es sobre éstos sobre quienes debe recaer la culpa por la agresión a uno de ellos ya que, durante las horas lectivas, es esa institución la que ejerce, de hecho, la patria potestad.
Esa lógica, sin embargo, se empantanaba hace días cuando los menores de 14 años presuntamente participantes en violaciones volvían a sus casas sin que la posible culpa cayera sobre nadie: siguiendo con el razonamiento, habría que preguntarse si en esas horas la patria potestad es de los padres, de la piscina donde se cometió una de ellas, del Ayuntamiento que organizó la fiesta en la que se perpetró la otra o de nadie. Aviados vamos si la responsabilidad se reduce, como dice el auto, "a la dependencia o vigilancia de los padres", al parecer, inmediata.
Porque si para eximir a los progenitores se argumenta que "no se ha acreditado que los padres incumplieran los deberes de educación y formación ( ), y que es la educación que le han dado a su hijo la que ha motivado su conducta violenta", el mismo argumento serviría para el centro escolar. ¿O es que al hacer responsable al colegio de la agresión se está dejando entrever que es el sistema escolar el que no cumple con esos deberes? Los dos votos con los que el presidente del Consejo del Poder Judicial ha parado un dictamen "debido a sus creencias" -a sus opiniones- puede que indiquen por dónde van los tiros. Balduino dejó de ser rey por unas horas por lo mismo. O sea, se abstuvo. Eso es lógica, lo otro subjetividad.
Antonio Zoido es escritor e historiador
