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Díaz se “dejará la piel” por el empleo y gobernará con “ventanas abiertas”

Díaz reconoce la labor de Zapatero por la igualdad antemás de 600 invitados en un discurso personal y emotivo

el 07 sep 2013 / 12:41 h.

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Susana Díaz junto con los cuatro presidentes de la Junta de Andalucía. / EFE Susana Díaz junto con los cuatro presidentes de la Junta de Andalucía. / EFE

  • Vídeo de la toma de posesión
  • Susana Díaz jura el cargo (FOTOS)
Empleo, transparencia y lucha contra la corrupción. Esos serán los pilares del nuevo Gobierno de Susana Díaz, la primera mujer en presidir la Junta de Andalucía. El mensaje no es nuevo, ya lo adelantó en su investidura pero ayer, en la solemne toma de posesión en el Parlamento, quiso remarcarlos con mayor énfasis. “Voy a gobernar con las ventanas abiertas”, proclamó ante más de 600 invitados, entre ellos sus cuatro antecesores: Rafael Escuredo, José Rodríguez de la Borbolla, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, visiblemente emocionado. Díaz, la única presidenta que ha jurado el cargo, se comprometió a gobernar “para todos los andaluces” con un objetivo claro: aliviar el drama de miles de familias ahogadas en el desempleo y dar a esta tierra una “esperanza de futuro”. Muy pocas tomas de posesión de un presidente de la Junta han removido más sentimientos que la que protagonizó ayer Susana Díaz. Es un cambio “histórico”, coincidían muchos de los asistentes. Con 38 años, esta joven sevillana ha roto la barrera de género. Consciente de que todas las miradas apuntan hacia ella, Díaz volvió a trazar el boceto de su futuro Gobierno. En un discurso muy personal, aseguró que quiere gobernar “con luces largas” para que los ciudadanos sean capaces de divisar un “horizonte”. En una comunidad con más de 1,4 millones de parados (el 36%), su principal reto será el empleo. “Me voy a dejar la piel ayudando a ese tejido productivo para crear empleo”, aseguró. “Sé que hay mucha incertidumbre entre los jóvenes sobre su futuro y que muchas familias lo están pasando mal y sienten angustia porque ven que sus nietos no van a vivir como ellos”, dijo la presidenta, que quiso transmitir un mensaje de esperanza. “Andalucía es una tierra firme, sólida y fuerte que sabe mirar al futuro”. Pese a las graves estrecheces presupuestarias, la nueva presidenta garantizó que va a preservar “las conquistas sociales que tanto trabajo nos han costado”. En el debate de investidura ya garantizó que blindará los servicios públicos fundamentales (sanidad y educación) en el próximo Presupuesto de 2014, algo irrenunciable en el pacto de Gobierno de PSOE e IU. De entre las muchas personalidades que ayer asistieron a su toma de posesión en la Cámara, Díaz quiso reconocer la labor del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que se prodiga muy poco en actos públicos. La nueva presidenta, que hasta ahora ocupaba la cartera de Presidencia e Igualdad, dijo sentirse “heredera” de la lucha por la igualdad que, a su juicio, abanderó Zapatero dese Moncloa. “Estoy segura de que el tiempo le reconocerá su lucha por la igualdad”, subrayó. Junto al empleo, Díaz pretende que la transparencia sea el faro de su gestión y, de paso, ayude a recuperar la confianza en la política. “Los ciudadanos necesitan que la política se prestigie porque los ciudadanos necesitan de la política”, afirmó. La presidenta sabe que casos de corrupción como el de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) irregulares, que ha destapado un fraude en el que muchos cargos de la Junta y del PSOE estaban implicados, aleja aún más a los ciudadanos de sus gobernantes. Por eso se comprometió ayer a gobernar “con las ventanas abiertas” y con “humildad”, “reconociendo los errores y aceptando los reproches cuando los merezca”. La presidenta, que hoy descolgará el teléfono para comunicar a sus consejeros que cuenta con ellos (y para darles a otros la mala noticia), va a diseñar un Gobierno libre de la salpicadura de los ERE, un caso que ha tenido mucho que ver en la precipitada dimisión de Griñán. “lealtad” // La Sala de Usos Múltiples del Parlamento se quedó pequeña para presenciar la toma de posesión de Susana Díaz. Familiares, amigos, numerosos alcaldes de su provincia, Sevilla, y los más altos representantes de la sociedad andaluza abarrotaron este espacio. En nombre del Gobierno central, nuevamente asistió el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, el andaluz Cristóbal Montoro, quien confió en que en esta nueva etapa se mantenga la “lealtad” que reinó durante el mandato de Griñán. Con el departamento de Montoro la Junta ha librado pulsos difíciles y se han enfrentado a cuenta del déficit, la capacidad de endeudamiento, la financiación autonómica o la liquidez, pero en todo momento la interlocución ha sido “intensa y fluida”, como remarcó ayer el ministro. “Andalucía puede y debe aportar a la recuperación de la confianza de nuestro país en el escenario internacional”, señaló Montoro, quien deseó a Díaz “buena mano y buena suerte”. Una vez que tomó posesión, la presidenta, junto a sus cuatro antecesores, se dirigió al busto de Blan Infante, padre de la patria andaluza, que está en el patio del Parlamento y depositó un ramo de flores. “Mi primer acto como presidenta lo dedicaré al sacrificio de Blas Infante; le voy a mirar para coger fuerzas”, aseguró. Y una vez que ha superado todos los trámites, a Susana Díaz le toca poner caras a su nuevo Gobierno.

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