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Tal y como estaba cantado

El Sevilla Atlético fue mejor, manejó el pleito a su antojo, gozó de las mejores ocasiones, jugó los últimos 15 minutos con uno más... pero no fue capaz de sumar los tres puntos

el 14 sep 2009 / 20:57 h.

El Sevilla Atlético fue mejor, manejó el pleito a su antojo, gozó de las mejores ocasiones, jugó los últimos 15 minutos con uno más tras la expulsión de Díaz de Cerio... pero no fue capaz de sumar los tres puntos en juego ante la peor Real Sociedad que uno recuerda. Una pena ahora que tienen por delante un calendario tan complicado. Pero en realidad era lo esperado, porque se medían dos de las mejores defensas de Segunda.

Pese a las bajas iniciales en el filial, la primera media hora resultó un auténtico monólogo local. Ocasiones desde el inicio. La primera, a los 44 segundos, de Salva Sevilla. Que volvió a repetir en el minuto 3. Jonathan y Juanjo las tuvieron antes del primer cuarto de hora, pero ambos se toparon con la zaga easonense. Una pena, pues el filial barría a una Real Sociedad que había saltado al campo con una mentalidad más propia de un equipo de tercera fila que de uno con la necesidad imperiosa de jugar en Primera la temporada que viene. Julián y Jonathan eran los dueños de la medular, siendo Alfaro y Salva Sevilla dos puñales por sus respectivas bandas.

Pero fallaba lo infallable. Como Juanjo en el minuto 37. El atacante cántabro hizo lo más complicado: estrellar el balón en el cuerpo de Riesgo. Así acabó una primera mitad que tendría que haber premiado con un mejor resultado al filial, que se había merendado a una lamentable versión de un grande de nuestro balompié. Pero cuando no hay puntería...

En el segundo acto, la Real Sociedad saltó al campo con la intención de mejorar sus prestaciones. Sobre todo en tareas ofensivas. Ganas y poco más, espejismo en una palabra, pues no tardaron las jóvenes promesas locales en retomar el mando de las operaciones. En el minuto 50, una cantada de Riesgo debió ser aprovechada por Salva Sevilla. Pero una rápida intervención de Castillo lo impidió.

Avanzaba el cronometro, y todo seguía como al comienzo de las hostilidades. Los locales perdían fuelle. Mientras que los donostiarras llegaban poco, y sin peligro (disparo muy desviado de Delibasic en el 74). Así se llegó al pitido inicial con un empate sin goles que no reflejaba lo sucedido sobre el verde tapete hispalense. Pese a que los locales jugaron los últimos 10 minutos con uno más.

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