El Betis de Antonio Tapia retorna a la Liga y el entrenador, preocupado por las posibles secuelas que el virus H1N1 haya dejado en los cuerpos de sus futbolistas, también se siente agraviado por el tratamiento que ha tenido la enfermedad. No el tratamiento médico, como es natural, sino el tratamiento que por lo visto ha debido de darle alguien fuera del club. No se sabe quién, porque Tapia se puso impersonal y dijo que "se ha puesto en duda la enfermedad", pero sería extraño que se refiriese a los medios de comunicación, teniendo en cuenta que ninguno se preguntó por qué los contagiados pasaron de seis a trece justo cuando debían convencer a la Federación, por qué el lunes de repente se entrenaron sin problemas 23 hombres o por qué entre los lesionados figuraban Juanma, que llevaba dos semanas entrenándose con normalidad, y Mehmet Aurelio, al que los doctores iban a dar el alta a principios de la semana pasada. Sin olvidar que uno de sus futbolistas, Emana, es el único que contradijo el parte y afirmó que él no tuvo la gripe A.
He aquí la queja del entrenador: "Se ha tratado el tema con falta de delicadeza y de seriedad en algún momento. Se ha puesto en duda la enfermedad cuando los más perjudicados éramos nosotros porque veníamos de ganar y teníamos la posibilidad de escalar posiciones en casa. Cuando se ha hecho ha sido por causas de fuerza mayor, a nadie le gusta parar cuando el equipo está bien y no había lesiones importantes", indicó Tapia, que añadió: "El equipo estuvo fantástico en el último encuentro, así que para nada nos ha venido bien el parón. Espero que demos un buen nivel. Hemos entrenado con normalidad, aunque se le han dado muchas vueltas al asunto".
Como no todo en la vida es el brote de gripe A, el preparador de Baena también se refirió al Cádiz, "un rival con una magnífica plantilla y jugadores que han estado en Primera". "Cuenta con el apoyo de su afición y el Carranza es especial porque aprieta más. Va a ser un partido difícil, pero vamos con humildad para conseguir los puntos", advirtió Tapia, que también se siente reconfortado por los muchos béticos que habrá en el estadio: "Siempre es un aliciente. Ir a Gerona y ver que medio estadio era bético ya fue una motivación añadida", recordó el técnico.
