Muchas han sido las compañías de teatro que han representado sus obras en espacios distintos a las salas al uso: bares, hoteles, incluso casas particulares... Lo que no es tan habitual es que un grupo se pase cuatro años mostrando su trabajo en su propio domicilio. Y mucho menos, que la respuesta del público desborde todas las previsiones. Pues bien, eso es lo que llevan haciendo en los últimos tiempos los jóvenes actores aglutinados en el grupo Trasto Teatro, con sede en Málaga y encabezado por el dramaturgo y director sevillano Raúl Cortés.
De manera excepcional, Trasto Teatro estrenará este sábado en la sala Cachorro de Sevilla su más reciente espectáculo, Los satisfechos, original del propio Cortés. "Llevamos cuatro temporadas haciendo teatro en nuestra propia casa, como protesta frente a las políticas culturales y al inmovilismo del propio medio teatral", asevera el joven director. "A este proyecto de mostrar nuestros espectáculos fuera del circuito le llamamos Teatro de la Decepción", agrega.
Una andadura lo suficientemente dilatada como para hablar de éxito del experimento: "Cuando iniciamos esta aventura, creíamos que no llegaríamos muy lejos. Sin embargo, la voz se corrió y el público ha respondido de forma sorprendente. Cuatro años consecutivos, haciendo funciones viernes, sábado y domingo, y casi 3.000 personas que pasaron por nuestra casa, en Málaga", recuerda Raúl Cortés.
¿El secreto de esta buena respuesta? El director sevillano tampoco cree que hayan descubierto América, todo parece más sencillo y más natural: "Simplemente, somos una compañía joven, totalmente independiente, organizada a modo de cooperativa, que trata de buscar alternativas ante la tenebrosa situación de la cultura actual y, por el momento, lo estamos logrando", explica.
"De hecho, ahora llegamos a Sevilla, en una única función", prosigue. Luego estrenaremos Los satisfechos en Madrid y, por último, daremos el salto transoceánico hasta México, donde estaremos de gira desde el 27 de febrero al 3 de abril".
Según la información facilitada por la compañía Los satisfechos es "un retrato de la jambre (no del hambre), a través del humor envenenado, pero ingenioso, de los miserables de la historia. Un espejo que devuelve la imagen canalla de aquellos que lo perdieron todo, absolutamente todo, salvo el sentido del humor", explican a través de su página web.
"Tres personajes que deambulan entre los escombros del día a a día, desafiando el destino que había previsto para ellos: el drama compasivo de los desposeídos", desarrolla el programa. "Lejos de regodearse en el victimismo, le plantan cara a la vida con desparpajo y valentía, mirando siempre hacia adelante, conscientes de que ese es el primer valor de su rebeldía", concluye la compañía.
