El río y las instalaciones que los astilleros de Sevilla dejaron baldías con el cese de actividad conservan un potencial que empresas como la sevillana Tecade ya están aprovechando. Desde hace unos nueve meses, esta compañía, con sede en Los Molares, utiliza en virtud de una autorización administrativa la grada 3 (naves cubiertas) de la instalación naval para fabricar y transportar grandes estructuras metálicas.
No en vano, más de la mitad del segundo puente de Cádiz (aporta el 65% de esta infraestructura, esto es, 9.500 toneladas) lleva su firma, y el puente que utiliza la línea 1 del Metro para cruzar el Guadalquivir y que une San Juan con Sevilla o también, y actualmente en producción, el tablero del viaducto sobre la A-92 de la línea de Alta Velocidad Antequera-Granada. Son solo varios ejemplos. Pero además de puentes metálicos, esta empresa sevillana es experta en la fabricación de grandes estructuras metálicas y offshore. Su última entrega, seis tanques de flotación (de 58 metros de longitud y 280 toneladas cada uno) a finales del año pasado para estas plataformas.
Tecade quiere contar con una plataforma algo mayor a ésta. J.M. PAISANO (ATESE)
Tecade no quiere detenerse ahí y tiene entre manos un ambicioso proyecto que le permitirá abrir nuevas oportunidades de negocio y ser más competitiva. Consciente de que el transporte por el río y la consiguiente logística supone un elevado coste que, en función de la carga trasladada y del contrato, puede llegar a suponer hasta un 20% del presupuesto, la firma ha pensado en adquirir una barcaza de mayores dimensiones a las disponibles hasta ahora para poder fabricar estructuras y piezas de mayor tamaño y, además, ofrecer mejores precios y un ahorro en transporte al contar con una plataforma propia, según precisaron fuentes de la empresa.
Esta plataforma, de 90 metros de longitud, 32 de anchura y 7,65 metros de puntal, requiere de una importante inversión, estimada en 8 millones de euros, que la firma sevillana acometerá en colaboración con dos empresas multinacionales y que le podría abrir la puerta a nuevos clientes y contratos que, hasta ahora, no puede asumir porque no sería rentable, ya que habría que traer esa plataforma desde el norte de Europa.
Así, será la más grande y moderna, de nueva fabricación que entre en el Puerto después de que en octubre lo hiciera otra algo menor (90x28x6,70) para trasladar piezas de un puente de la UTE Megusa-Tecade para Edimburgo.
Para ello, necesita del visto bueno de la Autoridad Portuaria, puesto que aquí se ubicaría la base de esa plataforma para grandes cargas. Ya se le ha planteado la propuesta y están a la espera de mantener el encuentro formal. Si no surgen contratiempos también beneficiaría al Puerto por la mano de obra y actividad que podría generar como el movimiento de grúas portuarias o de tramos de puentes, en un año podría estar funcionando.
Por la borda un contrato millonario por la falta de apoyo bancario En julio del año pasado este periódico recogía la denuncia pública de dos empresas sevillanas, Megusa y Grupo Tecade, que reclamaban el respaldo financiero y también político para no dejar escapar un contrato valorado inicialmente en 26 millones de euros para la construcción de un puente en Edimburgo (Escocia), el tercero para la ciudad, y similar al segundo puente de Cádiz que también ejecutan ambas empresas sevillanas.
Pues bien, de nada sirvió la petición de apoyo que no dinero a través de avales técnicos que solo podían asumir entidades financieras, como las cartas de crédito internacionales para la compra de los materiales. Pero ese apoyo a la empresa una de ellas con 150 años de historia en el sector metalúrgico y la otra con un cuarto de siglo a sus espaldas y ambas con un currículum brillante de trabajos de relevancia y bien ejecutados no terminó de llegar.
El resultado, tirar por la borda un contrato de 26 millones de euros que hubiera generado en torno a 400 puestos de trabajo directos al menos durante un año y medio. Pero no es la única consecuencia. Como explican fuentes empresariales, lo peor de todo es que se están perdiendo muchas oportunidades de hacer negocio, que solo surgen de hacer trabajos con los contratistas y que se traduce luego en un goteo de carga de trabajo y por tanto de empleo y de generación de riqueza. Ahora están saliendo proyectos pequeños que se están escapando. En este asunto, ni políticos ni bancos han estado a la altura.
