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Tensión verbal a pie de calle

"Dejar paso a los buitres que vienen a por su carroña", coreó en voz alta un cabreado ciudadano ante la nube de cámaras y fotógrafos que se le venía encima en busca de una imagen del enfrentamiento verbal callejero que siguió a la concentración. Foto: Javier Cuesta.

el 14 sep 2009 / 21:03 h.

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"Dejar paso a los buitres que vienen a por su carroña", coreó en voz alta un cabreado ciudadano ante la nube de cámaras y fotógrafos que se le venía encima en busca de una imagen del enfrentamiento verbal callejero que siguió a la concentración. La crispación estalló entre los sevillanos de a pie. Fueron pocos, pero ruidosos. Desplantes en plena calle con las manos por lo alto, malas maneras, discusiones acaloradas cara a cara e insultos a la clase política, sin más (afortunadamente). Así terminó a mediodía de ayer lunes la concentración ante las puertas del Ayuntamiento de Sevilla convocada por la FEMP en repulsa por la sangre nueva derramada por la banda terrorista ETA el pasado sábado en territorio francés.

Los cerca de 400 asistentes a la concentración en Sevilla guardaron un respetuoso minuto de silencio ante las escalinatas del Consistorio, a la que por vez primera asomaron algunas banderas de España, contadas, y una pancarta con los colores de la bandera de Andalucía en la que podía leerse En memoria de los 500 andaluces asesinados por ETA. Fue al final, roto ya el silencio por una cerrada ovación y por un emocionado grito de "¡Viva la Guardia Civil!", cuando algunos de los asistentes se enzarzaron en una agria discusión, después de que un grupo de ellos coreara el "¡Fuera, fuera!" y pidiera a gritos la dimisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusaron de ser "embajador de ETA".

"¿Y qué es lo que hizo Aznar para evitar más muertes...?" "Pregúntaselo a la madre que este año no va a tener a su hijo sentado en la mesa..." Intercambio de mamporros dialécticos entre ciudadanos de a pie. El enfrentamiento entre las dos Españas escenificado en el parlamento de la calle. La división de los demócratas servida en bandeja de plata a los terroristas.

Afortunadamente, la discusión no desembocó en incidentes. Se plegaron las banderas de España. Era, entonces, el turno de los políticos. El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, expresó su "rechazo total y absoluto a la violencia etarra" y pidió que se haga "oídos sordos" a los que quieren acabar con la democracia "porque nuestra fortaleza está en el sistema democrático".

El líder de la oposición, Juan Ignacio Zoido (PP), lamentó el asesinato y aprovechó para pedirle a Rodríguez Zapatero "que abandone de una vez por todas las tibiezas" y vuelva al pacto por las libertades y contra el terrorismo con la ilegalización de los partidos políticos "que han sido capaces de dar cobertura al entorno político y social de ETA".

Los actos de repulsa se repitieron por toda la provincia. Uno de los epicentros fue la Diputación de Sevilla, donde sus representantes y trabajadores manifestaron también su condena.

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