Local

Tomatito siempre te pellizca

el 11 dic 2012 / 22:53 h.

TAGS:

El guitarrista es ya un viejo amigo de los aficionados sevillanos. Su música gusta en nuestra tierra.
Teatro de la Maestranza. Cante: Simón Román, El Granaíno, Morenito de Íllora y Luky Losada. Baile: Paloma Fantova. Percusión: Luky Losada. Sevilla, 11 de diciembre de 2012.

Menos de medio teatro para ver y oír de nuevo al guitarrista almeriense José Fernández Torres, Tomatito, en Sevilla, una ciudad donde se le quiere y se le admira desde que venía acompañando al genio del cante, Camarón, que fue quien lo hizo figura de la sonanta. Cuando murió el cantaor -este año se han cumplido dos décadas-, el Tomate se planteó una carrera en solitario a pesar de que en la faceta de concierto tenía que competir con grandes maestros como Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, Serranito, Enrique de Melchor, Paco Cepero, Gerardo Núñez, Vicente Amigo o Cañizares.

Tomatito es un concertista de guitarra flamenca que no tiene mucho que ver con lo que eran antaño artistas como Montoya, el Niño Ricardo o Pepe Martínez. Decidió seguir el concepto de grupo creado por su verdadero maestro, Paco de Lucía, contando siempre con el cante, el baile, la percusión y las palmas como acompañamiento principal, además de una segunda guitarra, que anoche fue la del joven Cristóbal Santiago. Este concepto de grupo resulta ya cansino, sobre todo cuando, en ocasiones, la guitarra queda en un segundo plano.

Sin dar las buenas noches al público ni hablar absolutamente nada hasta el final -fea costumbre de nuestros días-, el guitarrista se mostró algo inseguro al principio, en los primeros acordes taranteros, con sonido de escasa pulcritud y semblante serio. Pero tiene tal profundidad el gitano de Almería, es tan jondo su toque, que enseguida comenzamos a sentir su guitarra en el alma. Lo que caracteriza a este guitarrista no es una técnica depurada y un sonido nítido, claro como el agua de una fuente romana. Es su pellizco gitano, el aire flamenco de sus rasgueos, la velocidad de los picados y, sobre todo, el sentido del compás, que ya nos enamoró en su obra Barrio Negro.

Anoche nos maravillaron sus alegrías, donde la bailaora Paloma Fantova nos obsequió con unas pinceladas. Esta pieza, las bulerías y los tangos fueron lo más flamenco de la noche, lo que más nos pellizcó en la piel. Tomatito es un guitarrista que, a diferencia de otros, consigue meternos muy dentro su música flamenca a base de sentimiento. Lástima que tienda tanto a apoyarse en el grupo, que anoche entró y salió cinco cinco veces del escenario, Demasiadas. Tuvo también su parte melódica, sus cosas nuevas y alejadas de lo que nos conmueve de él. Y ahí estuvo especialmente sensible y tocando con una delicadeza que pocas veces le habíamos visto en Sevilla. Fue de lo más clásico a lo más moderno, sin brusquedades, solo las del coro de cuatro cantaores, por cierto estupendos y tan camaroneros que se podía adivinar la emoción contenida de Tomatito.
Hemos disfrutado mejores noches de este guitarrista en Sevilla, pero su toque es siempre muy emotivo. Aunque anoche no se notara mucho.

  • 1