Desconcierto. Es lo que se siente cuando ves a un montón de trabajadores de la factoría de Sevilla demandando que se les tenga en cuenta ante el ERE presentado por la empresa. Piden voz cuando lo que han tenido en estos años han sido buenas maneras, y oficios. Por Sevilla han circulado multitud de directivos de Renault para contar a los medios de comunicación, además de conceder algún que otro galardón, que el nivel técnico de los profesionales sevillanos era envidiable. El número de cajas de cambio que han salido de esas instalaciones así lo corroboran. Se maneja para plantear el ERE, el dato de las ventas de vehículos en los últimos meses.
El problema que te trasladan los trabajadores es que se ha abierto una fábrica en Rumanía y que allí todo es más barato. Temen un desplazamiento de la cartera de pedidos que significaría apagar muchas luces en San Jerónimo. Y por ahí no pasan. Pienso que después de tantos años, merecen un trato digno de la empresa. O sea, que se les tenga presentes.
Periodista
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