El debate sobre la autenticidad de la famosa foto del miliciano abatido de un disparo en Cerro Muriano, captada por Robert Capa, está en pleno auge. Como la figura de este cronista gráfico. Antonio López Alonso la novela en 'El fotógrafo y la muerte'.
Una exposición en el Museo Nacional de Cataluña donde, lógicamente, no falta la archiconocidísima foto; un ensayo que pone en solfa que el abatido estuviera en Cerro Muriano y que intenta demostrar que el momento fue captado en Espejo (Córdoba); y dos novelas inspiradas en la peripecia vital vertiginosa de un reportero gráfico de guerra de nombre Robert Capa.
Con tal panorama, no es de extrañar que el asunto se haya reavivado, como también el interés de los novelistas por Capa. Y en esto cabe precisar, por aquello de la honestidad, que antes que la novela de Susana Fortes 'Esperando a Robert Capa', último premio José Manuel Lara de Novela, y antes que la exposición, salió al mercado El fotógrafo y la muerte (Suma de Letras), del escritor y médico Antonio López Alonso. Y más aún: que su novela fue una de las 10 finalistas del Planeta de 2007, en aquella ocasión presentada bajo el título 'La colina de la bruma'.
Así lo manifiesta su autor, un entusiasta traumatólogo amante de la cultura y de la literatura como refugio y superación de "las frustraciones que nos genera el día a día" que hace unos dos años decidió no escribir de lo leído y repetido hasta la saciedad, sino de lo documentado por él mismo tras un lapso considerable de tiempo reuniendo pistas, datos, verificando pruebas y pateándose, como él mismo refiere, "Cerro Muriano, toda la sierra de Córdoba, Brunete y cuanto escenario guardase relación alguna con el protagonista de mi novela: Capa".
Con todos esos mimbres, López Alonso podría haber escrito la tercera biografía sobre el fotógrafo, pero no. Lo pasó todo por el tamiz de la novela, le dio un aire, como él mismo dice, de prosa poética, y añadió las dosis oportunas de dramatismo y diálogo para lograr una obra que engancha al lector.
"Quería buscar la verdad sobre Capa y su famosa foto. No soy un experto en fotografía ni en fotomontajes, pero la documentación que he reunido me permite, y así lo hago al final de la novela, posicionarme al respecto". "Y mi conclusión -apostilla- es clara: la foto es auténtica. Demuestro que había milicianos de Alcoy -y el fallecido, Federico Borrell García, lo era- luchando en Cerro Muriano; demuestro que en su gorra ponía CNT y que en su cartuchera llevaba su nombre y apellidos".
"El fotógrafo y la muerte es una novela de intriga con grandes dosis de amor narrada en 18 capítulos, de los cuales tres se los dedico a ese amor apasionadísimo que vivió con Gerda Taro; un amor tal que ella le transformó y le dejó tan sumamente tocado cuando falleció en 1937 en Brunete que me atrevo a decir que desde entonces, Capa fue un moribundo que buscó guerras y más guerras que fotografiar por si en alguna de ellas desaparecía de este mundo". Lo logró en Indochina pero 15 años después, en 1954.
