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Tres dueños acusan de estafa a una empresa en la venta de casas de lujo

Quería un piso más grande y de lujo y acabó en uno más pequeño. Éste es el caso de una de las propietarias del Edificio Azabache que ha denunciado al promotor de la obra por estafa. Éste explicó en el juicio que él desconocía que el proyecto se cambió.

el 15 sep 2009 / 18:52 h.

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Quería un piso más grande y de lujo y acabó en uno más pequeño. Éste es el caso de una de las propietarias del Edificio Azabache que ha denunciado al promotor de la obra por estafa. Éste explicó en el juicio que él desconocía que el proyecto se cambió y que no era el encargado de comprobar las calidades.

"Quería un piso mayor y al final el dormitorio que tenía antes era más grande". Los vecinos del Edificio Azabache, en la calle Amador de los Ríos, no imaginaban cuando en una revista vieron anunciada la obra que la vivienda con la que siempre habían soñado se convertiría en su pesadilla. Ayer, tres de ellos sentaban en el banquillo de los acusados al promotor acusado de un delito de estafa -que negó ante el tribunal- en la venta de unas viviendas por más de 180.000 euros en el año 1999.

"Tenía un piso de 92 metros cuadrados útiles y quería uno mayor y con calidades de primera", aseguraba una de ellas. Sin embargo, la realidad fue bien distinta, pues la vivienda que supuestamente iba a tener 104 metros cuadrados resultó ser una de 91, "con el dormitorio y los baños más pequeños que los que tenía", lo que incluso le obligó "a hacer obra", sin que recibiera explicación alguna por la promotora, Secoan S.L.

Para esta vecina lo peor fue tener que estar varios meses de alquiler en otro piso porque había vendido su piso anterior y cuando fue a firmar la escritura "no tenían la licencia de ocupación", por lo que se vio obligada a dejar su casa y "a meter todos los muebles en un guardamuebles", tras lo que se marcharon a su nueva vivienda "sin ascensor". Esto le generó unos gastos que sí fueron abonados por la promotora, Secoan S.L.

Tanto ella como otro denunciante explicaron que los garajes "no pueden ser utilizados" y que "todos los coches que han entrado están rozados". "Mi Fiat Tempra lo destrocé de chapa y pintura en las pocas ocasiones que he entrado", decía un vecino, que lo usa ocasionalmente porque "no tienen licencia de ocupación". Una circunstancia que conocieron por el Ayuntamiento.

En cuanto a las calidades de las viviendas, los tres denunciantes coincidieron en que el mármol "no era de primera calidad", sino que "eran retales" y que incluso "estaba manchado de óxido". Pero éstos no eran los únicos desperfectos: "Las ventanas no cierran bien, las puertas no son blindadas y los muebles de la cocina son de los más baratos".

La tercera denunciante indicó a la Sala que ella pagó al contado junto con su hermana el piso, aunque pasados unos meses lo intentó hipotecar con la sorpresa de que "el piso tenía cargas pendientes de la constructora", que incluso abonó para lograr el préstamo. "Cuando fui a reclamárselo a la promotora, ésta ya no existía".

Por su parte, el promotor, que se enfrenta a dos años de prisión (la acusación particular pide cinco años), dijo que él desconocía que "el proyecto inicial fuera modificado", que había problemas con las licencias y que él no era el responsable de comprobar las calidades de las viviendas, cuya variación dijo "desconocer".

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