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Tres jóvenes de la macrobotellona acaban ingresados por coma etílico

Unos 3.000 jóvenes, según el Ayuntamiento, se concentraron ayer en la Feria para protagonizar la primera macrobotellona tras el principio del curso. Al cierre de este edición, el Virgen del Rocío tuvo que atender en urgencias a tres jóvenes afectados por coma etílico

el 08 oct 2009 / 21:20 h.

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3.000 jóvenes se dieron ayer cita en el Real de Los Remedios.

Unos 3.000 jóvenes, según el Ayuntamiento, se concentraron ayer en la Feria para protagonizar la primera macrobotellona tras el principio del curso. Al cierre de este edición, el Virgen del Rocío tuvo que atender en urgencias a tres jóvenes afectados por coma etílico.


Esta vez no fue ni en el Charco de la Pava -donde actualmente hay obras- ni en Reina Mercedes, sino en el recinto de la Feria, adonde desde primera hora de la tarde comenzaron a dirigirse jóvenes citados a la convocatoria, como en las ocasiones anteriores, a través de internet. La zona en la que ayer se congregaron los jóvenes, muchos de ellos menores de edad, para hacer el botellón fue la explanada de las atracciones del recinto ferial, más conocida como la Calle del Infierno. La Avenida de Alfredo Kraus era un lento circular de vehículos y una avalancha incesante de personas cargadas con bolsas para el botellón, donde también la música de los coches apostados campaba a sus anchas. La gasolinera de la avenida tuvo que ser desalojada ante la avalancha.


Según informó el Ayuntamiento, el Centro de Coordinación Operativa (Cecop) desplegó el dispositivo habitual de la Policía Local para controlar a la multitud y velar por la seguridad de los convocados, mientras que se ha alertó también a la Policía Nacional, que apostó varios vehículos en la zona, y a los servicios sanitarios y a la empresa municipal de limpieza (Lipasam), por si se produjera alguna urgencia. "Me he tomado cuatro cubatas y estoy que me caigo", decía una chica -que había dejado la zona poco antes- a bordo del C2. "Pues en cuanto llegues a casa te das una ducha, te echas un rato en el sofá y a las doce volvemos a salir otra vez", le respondía uno de sus amigos. En muchos otros autobuses, los suelos estaban llenos de agua del hielo preparado para el botellón, ya comenzando a derretirse en el trayecto.


La difusión de la fiesta en la red ha sido amplia y, de hecho, en los árboles de la avenida había carteles, aprovechando la ocasión, en los que llamaban a una fiesta universitaria en una discoteca. "La gente ha estado toda la tarde saliendo de los supermercados del barrio con botellas y refrescos. Esos son los que han hecho hoy el negocio del siglo, los supermercados. Las colas eran enormes para entrar en ellos y en las cajas para pagar", explica Alberto, vecino de la zona.


Raquel, de 20 años, cargada con una bolsa con ron y coca-cola, tenía prisa por llegar. "Me han llamado todas mis amigas y para allá voy. Hay una fiesta enorme".

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