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Tres meses para armar el Belén

El sector confía las ganancias de todo el año a las ventas del periodo prenavideño.

el 08 dic 2012 / 21:01 h.

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Una mujer contempla un escaparate de belenes.

Los belenistas de Sevilla tienen apenas tres meses para generar el negocio de todo el año y, salvo excepciones, encomiendan la parte esencial de sus ventas a la Feria del Belén que se celebra estos días en la Avenida, en torno al Archivo de Indias. En la muestra, abierta mañana y tarde de lunes a domingo hasta el próximo 23 de diciembre, participan 14 empresas de vendedores y artesanos, prácticamente todo el sector. Aunque ni la Asociación de Comerciantes del Belén (Acobe), organizadora de la feria, ni el Consistorio manejan datos sobre los ingresos que generan los belenes, la asociación aclara que casi todos los negocios son de pequeño tamaño que concentran el grueso de sus ventas en los últimos meses del año.

¿Y cómo vive uno el resto del año si en poco más de 40 días se concentra prácticamente toda la ventas? "Hay que hacer magia", aclara Gloria Botonero, artesana de Écija, que durante meses y meses acumula sus creaciones para venderlas al acercarse la Navidad. "Antes vendía al por mayor por internet e iba a ferias por toda España, pero en los últimos años el negocio ha caído tanto que sólo voy a ferias. Bueno, ya solo a esta feria, porque iba a otra en Cáceres pero salió fatal y ya no voy". La paciencia y la innovación son sus claves para salir adelante porque, aunque parezca un ámbito de lo más tradicional, los vendedores coinciden en que hay que inventar productos nuevos cada año: "Es muy importante porque el belén no se deteriora, hay que crear lo que no existe". Su propuesta para 2012 han sido jabones hidratantes y velas aromáticas con las figuras del misterio.

También ha diseñado nuevas escenas con cabezones, un tipo muy popular de figuritas, ambientadas en ambientes andaluces: un paso de la borriquita con sus nazarenos y sus costaleros, un grupo jugando al parchís y, como mezcla de culturas, una musulmana con velo vendiendo perfumes. Y entre las miniaturas -que están entre lo que mejor se vende-, ha incluido saltamontes, lagartijas y hasta escorpiones. De color bronce y con aguijón incluido, pese a que son diminutos.

Botonero, que tiene el taller en su casa, tuvo una trabajadora durante todo el año, "pero ahora no me da para eso", explica. Trabaja sola y en época de ventas le ayudan sus tres hijos. Hace las figuras al completo: el diseño, los moldes y el acabado final, por eso se queja de que hay empresas que "machacan" a los creadores copiando sus diseños y enviándolos a China para que los fabriquen barato. "Hay mucho pirateo, mucha competencia desleal", se queja.

Parecido escenario describe Juan Manuel Aguilar, dueño de Artesanía del Belén y vicepresidente de Acobe. Hasta el año pasado, su negocio era una papelería en la que a final de año vendía sus productos para el belén, en este caso complementos: estructuras para el portal, puentes, casas, mesas, sillas, miniaturas de comida y enseres... de todo menos figuras. Pero el año pasado tuvo que cerrar la papelería y decidió abrir su tienda, en la calle Cortegana de La Negrilla, sólo de octubre a enero para el cliente final. Eso, y las ventas fuera de temporada a tiendas de otras ciudades de España, componen los ingresos con los que se mantienen él y su mujer, propietarios y únicos empleados de su empresa.

Aguilar coincide en que la innovación es imprescindible para sacar adelante el negocio, que no pasa por su mejor momento por culpa de la crisis, y apuesta por las mejoras técnicas: controladores electrónicos para que el belén pase del día a la noche, bombas de agua de distinto caudal para ríos y fuentes, y nuevos materiales con los que los compradores pueden construir su propio belén. "Vendemos desde el ladrillo a la teja, pasando por la pintura, el poliestileno y el corcho para las estructuras...". Porque si las piezas artesanales individualizan un belén, "las fabricadas por uno mismo incrementan su valor, a la gente le gusta pintar sus figuras y construir los elementos". Por eso, aunque este año haya habido cierto repunte del plástico y la resina entre los materiales usados por los fabricantes de figuras -que él compra a otros distribuidores-, sigue habiendo clientes que sólo compran barro, el material más noble.

El otro perfil del belenista lo ofrece Pichardo, que ha diversificado el negocio y mantiene a nueve trabajadores durante todo el año, a los que suma otros cinco durante los dos meses de la campaña navideña. Entre filas y filas de figuras que van desde las miniaturas, que cuestan unos céntimos, a enormes misterios que pueden superar los 3.000 euros, Ana Díaz explica que el negocio se divide entre los disfraces y los belenes, con dos céntricas tiendas en la plaza de San Andrés y la calle Lasso de la Vega, que se complementan y dan trabajo durante todo el año. Hija de Diego Díaz Pichardo, que fundó el negocio hace ahora 60 años y todavía hoy se pasa a diario a supervisarlo, Ana Díaz explica que en temporada baja mantienen cerrada la tienda de belenes, pero la abren si alguien les solicita algo. "Y casi todos los días acabamos abriéndola", dice. Los misterios se venden durante todo el año "para regalos de bodas", los turistas se encaprichan de las figuras, "y están los belenistas de verdad, que empiezan a montarlos en verano", explica.

Su fuerte para las ventas son las figuras del misterio, normalmente las de 40 centímetros, acabadas a mano y muchas veces vestidas artesanalmente con telas, aunque también tienen tirón las enormes figuras de un metro "para grandes comercios, hoteles, empresas...". Y cómo no, las novedades técnicas como máquinas para generar niebla, iluminaciones con leds y fibra óptica, o motores para activar las figuras, creando campesinos que echan comida a las gallinas o panaderos que sacan el pan del horno. "Al stand traigo lo que tengo en la tienda, esta feria tiene mucha fama y hay que matener la calidad", explica la también secretaria de la asociación Acobe.

En eso coincide Juan Manuel Aguilar, que defiende la pureza de la muestra, que "no se ha ido por el camino fácil de vender artículos de carnaval y ha mantenido sólo los belenes, convirtiéndose en referente para toda España: viene gente buscando lo que no ha encontrado en la Plaza Mayor de Madrid", presume. Acobe reivindica el atractivo turístico de una muestra que encandila a los extranjeros: muchos sudamericanos que visitaron Sevilla para el Sicab , y portugueses que han aprovechado el puente para una escapada se han ido con un belén bajo el brazo, aseguran los vendedores.

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