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Tres sueños verdiblancos

el 27 nov 2012 / 23:24 h.

La afición del Betis tiene desde anoche tres motivos más para soñar. Por un lado, el pase a octavos de final de Copa de Rey con un cuadro medianamente asequible -los cocos van por la otra parte- da esperanzas para hacer un buen papel en el torneo del KO. Ya lo dijo Pepe Mel en la previa del encuentro, los 22 puntos que suman ya en la Liga dan un enorme respiro que permite afrontar con otro aire esta competición. Quién sabe si un buen papel en la Liga permitirá que el Betis juegue la Copa sin presión alguna y protagonice una sorpresa de las gordas.

Sobre esta competición, por cierto, cada día queda más claro que quienes mandan en el fútbol no tienen el menor interés en ella. Partidos que se juegan a las siete y media de la tarde un día laborable demuestran dos cosas: que se la quieren cargar o que los horarios se ponen con una ruleta, o las dos a la vez. Esta apatía de quienes mandan es justo lo contrario de lo que hizo anoche la afición bética, que acompañó a su equipo en una tarde-noche gélida y ante un rival con poco tirón. Pero todo aquel que fue, se llevó su recompensa.

El segundo motivo que tienen los béticos para soñar es de Puerto Real, tuvo una lesión muy fuerte y responde al nombre de Álvaro Vadillo. Dos cabalgadas por la banda izquierda del canterano a los pocos minutos de saltar al tapete le valieron para formar un lío de los gordos en el Benito Villamarín. Dos jugadas, dos goles. Poco más que decir de un chaval que aunque tiene muchísimo que aprender en el fútbol encandila con su forma de jugar. El regate y la velocidad gustan mucho por el sur y se cotizan muy caro en el mundo de fútbol. Tendrá que ir con pies de plomo, y ya se lo recordó Mel en la sala de prensa pocos minutos después de terminar el partido. Si el chaval baja su nivel y se cree lo que no es, volverá a jugar con el filial.

El último motivo para el sueño verdiblanco es la buena respuesta de los menos habituales. Dorado y Amaya están respondiendo con creces, aunque muchos no daban un duro por ellos antes del partido contra el Real Madrid, y Campbell también se marcó un partido notable e hizo lo que debía: complicarle las cosas a Pepe Mel. Seguro que el míster está encantado.

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