José María Cano vuelve a mostrar su faceta artística con una exposición, Tauromaquias, inaugurada ayer en la Casa Natal de Picasso, en Málaga, en la que confronta su visión de los toros con las de Goya y el propio Picasso, con 40 grabados del artista aragonés, 29 del malagueño y 60 del ex integrante del grupo Mecano.
Esta exposición, que estará en cartel hasta el 29 de agosto, se puede contemplar por primera vez en España después de haber pasado por el Museo de Bellas Artes de Vietnam, en Hanoi.
Al unir las obras de los tres autores se refleja que "el artista es representante de su tiempo y que todos los tiempos se han arreglado para encontrar a un individuo destacado que lo representara", por lo que "el artista, finalmente, le debe más a su tiempo, a su contexto y al momento que ocupa en la historia del arte, que a sí mismo", reflexionó Cano.
El tema es único, la tauromaquia, y la técnica similar, sobre papel, "una técnica bastante desnuda que representa mucho al artista, porque hay poco de alquimia y se nota más a la persona", declaró.
Para Cano, si se observan los grabados de Goya, Picasso y los suyos, "lo que los hace más diferentes es que son de tres personas de tres siglos diferentes". Goya "relata anécdotas, hace de cronista de su tiempo, como en Los fusilamientos del 3 de mayo o en La carga de los mamelucos, para dejar para la historia la imagen de cómo entiende él que aquello ocurrió", describió el también músico y compositor.
Por su parte, Picasso "lo que hace es darle importancia al hecho formal" y "lo único que quiere es decir que estamos en un momento de la historia de la pintura en el que el hecho formal es lo más importante y el estilo del artista también, y lo que hace es un ejercicio de estilo", desgranó.
Cano, por su parte, considera que él hace "como todos los artistas de ahora: reflejar lo que hay detrás, el hecho conceptual detrás de cada cosa".
"El hecho taurino ahora mismo se aparta de la realidad social, por eso es tan controvertido, y se convierte en un lenguaje", añadió el artista, que considera que "el universo taurino es una fantástica manera de representar la sociedad y la manera de relacionarse el ser humano, y por eso, como es tan enjundioso, puede resultar tan molesto".
Sobre la prohibición de la Fiesta Nacional en Cataluña, tan en boca de todos, Cano apuntó que "a nadie se le escapa por qué se prohíben los toros y no las peceras en las marisquerías".
"Supongo que la razón fundamental para prohibir los toros es que es más sencillo que mejorar la sardana", afirmó el artista, que cree que "en la labor política es más sencillo parar algo que arrancarlo, pero históricamente los grandes hombres no han sido los que mejor destruían, sino los que mejor construían".
También ha asegurado que encuentra "amor a los animales" en el mundo de los toros, que considera "una actividad de gran interés ecológico".
"A partir del momento en que no somos vegetarianos y matamos a los animales, el toro es un animal respetado durante su existencia. Durante los cinco años de una vida fantástica en la dehesa, donde convive con su madre y sus hermanos, cosa que no le pasa a ningún animal, carga con una cornamenta que nunca utiliza y que tiene la posibilidad de utilizar el día de su muerte", agregó casi poético.
Por ello, concluyó más poético aún diciendo que "si fuera budista y tuviera que reencarnarme, sin ninguna duda querría reencarnarme en toro bravo".
