Con la alegría de comenzar una nueva peregrinación hacia Almonte, y ya van 195, Triana se echó a la calle para acompañar al Simpecado, siguiendo un itinerario diferente con motivo del 25 aniversario de la construcción de la capilla de la hermandad.
Se dice popularmente que, junto a la mañana de Reyes, Triana amanece con otro color hasta en tres ocasiones: Domingo de Ramos, Viernes Santo y el miércoles anterior a Pentecostés. Este viejo proverbio quedó demostrado de nuevo en la mañana de ayer, cuando la hermandad del Rocío de Triana puso su Simpecado en la calle para iniciar su peregrinación a la aldea almonteña.
El barrio despertaba con los balcones engalanados, las cafeterías completamente abarrotadas y un continuo transitar de romeros, caballos y mujeres vestidas de flamenca. Y es que con una puntualidad británica comenzaba a las 8.00 horas la misa de romeros, oficiada por el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo; una misa celebrada en esta ocasión en la propia sede de la corporación, ubicada en la calle Evangelista, en lugar de la Parroquia de Santa Ana como en los últimos años, todo ello con motivo del vigésimo quinto aniversario de la construcción de la capilla de manos de Juan Silverio de la Chica, ex hermano mayor de la Estrella.
Entre los numerosos cantos interpretados por los cientos de romeros y vecinos que allí se congregaron, el cardenal animó en su homilía a los peregrinos a "confiar en Dios en los momentos difíciles del camino" espetándoles a "ver como hermanos a aquellos con los que te vas a encontrar en el camino".
Alrededor de las nueve de la mañana, con un silencio absoluto, el prioste de la hermandad entronizaba el Simpecado, que fuera confeccionado en terciopelo verde bordado en oro por los talleres de Esperanza Elena Caro, en la singular carreta de Triana, sucediéndose los vítores de los romeros.
"Hemos retrasado nuestro regreso a Buenos Aires para vivir este momento", relataban en ese momento Carolina y Nora, dos jóvenes argentinas que confesaban haber descubierto la existencia de la romería del Rocío gracias a los tenderos de una tienda de moda flamenca.
Con escasas dificultades a pesar del grueso de romeros que la escoltaban, la carreta del Simpecado avanzó a buen ritmo, llegando a la calle Pagés del Corro iluminada la plata de su crestería por los rayos de un sol que conseguía imponerse a las nubes.
Una vez llegada a la calle San Jacinto, donde saludó a la hermandad de la Estrella, se incorporaron a la comitiva las 33 carretas que la seguirán en su camino.
Tras las sucesivas presentaciones a las hermandades de la Esperanza de Triana, la O y el Cachorro, a las once de la mañana Triana abandonaba Sevilla hasta el próximo jueves.
