Economía

Troceando el wifi para atender a las áreas rurales

La sevillana Redes TLC distribuye internet en zonas de difícil acceso, donde otras no llegan. Con la señal de un proveedor americano y ocho ‘repetidores’ dan servicio al entorno de La Rinconada

el 24 ene 2014 / 23:12 h.

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15432529Compartir la red wifi no está demasiado bien visto, pero no siempre está vinculado con piratear internet. Al contrario, hay quien ha encontrado en esta práctica un yacimiento de empleo, revendiendo una señal de banda ancha en un área que, por la escasez de viviendas, no está bien atendida por las grandes empresas. Se trata de la sevillana Redes TLC, formada por cuatro ingenieros que decidieron reconvertirse al ver que a la oficina de proyectos que tenían previamente ya no llegaba trabajo. El negocio consiste en comprar la señal de un proveedor americano, que reciben en las torres de telecomunicaciones de Valencina de la Concepción y, a través de una red wifi que han montado mediante una especie de repetidores situados en varios lugares de la provincia, llevar la señal hasta el domicilio del cliente, sea un particular o una empresa. La peculiaridad es que la zona a la que se ha logrado dar servicio mediante esas ocho antenas repetidoras cubre un vacío que mantenían las principales compañías nacionales, al incluir áreas poco pobladas de La Rinconada, San José de la Rinconada, parte de Brenes y Alcalá del Río, y también la zona de El Gordillo, ya en Sevilla capital. Son emplazamientos con muchas viviendas dispersas, como cortijos y haciendas, su principal nicho de mercado, “porque es donde no llegan las compañías al uso”. Si hasta ahora estas viviendas se tenían que conformar con un pincho de internet, quienes trabajan desde casa y necesitan más velocidad pueden buscar su solución en esta compañía, que ofrece hasta 15 megas “con velocidad real”, además de teléfono fijo, y sin exigir al cliente ningún tiempo de permanencia. “Competimos con el precio, porque nuestra tarifa estrella son sólo 20 euros por 5 megas. Pero también nos distinguimos por los servicios: ofrecemos cercanía, ahora que todo el mundo está cansado de que te tengan tres horas colgado al teléfono con el servicio de atención al cliente para al final no resolverte el problema”, explica Santiago Pérez, arquitecto técnico y uno de los cuatro socios. En cambio, su empresa tiene una oficina física en el centro comercial El Rincón, en San José de la Rinconada, a la que el cliente puede acudir para pedir información o solicitar ayuda a domicilio. Allí diseñan servicios personalizados “sin las exigencias de las grandes empresas, que imponen los precios y un tiempo de permanencia y no se adaptan a las necesidades que se les plantean”. También financian los pagos sin intereses. El servicio técnico lo prestan los propios socios: junto a Santiago Pérez están Alejandro Prior (ingeniero agrónomo), Fidel Fernández (ingeniero técnico industrial) e Iván Vázquez (ingeniero informático). La empresa comenzó a gestarse a finales de 2011 y se puso en marcha en febrero del año pasado, con lo que está a punto de cumplir su primer aniversario. En octubre resultaron finalistas del Premio Cinco Nueves, convocado por la Fundación Cobre Las Cruces para apoyar iniciativas que contribuyan al desarrollo socioeconómico en las comarcas en las que se asienta la mina Las Cruces. “Nos dijeron que estuvimos a punto de ganar el premio, dotado con 30.000 euros, pero los finalistas no se llevan nada”, explica Pérez. El dinero les hubiera venido muy bien, porque la inversión inicial necesaria para poner en marcha la empresa fue justo esa. La compra de equipos y suministros les supuso un gasto de 30.000 euros, que aportaron de su bolsillo y sin ninguna financiación, “a pulmón”, como dice gráficamente Pérez. Desde entonces, los ingresos se han ido reinvirtiendo, “el 100% de lo que facturamos, porque todavía no da para pagar sueldos”. Su previsión es empezar a ganar dinero en menos de tres años, y están satisfechos con la evolución. El objetivo para el primer año, que era superar el centenar de socios, se ha cumplido al rondar los 150. “Tenemos precios muy competitivos porque queremos crecer lo máximo posible, pero tampoco tenemos intención de ganar mil clientes en un año porque no podríamos atenderlos”, explica la empresa, que tiene previsto ampliar su cobertura a la Sierra Norte, “donde están muy abandonados en servicios de telecomunicaciones. Los haremos en cuanto podamos”. Entre los inconvenientes que se han encontrado está “la desconfianza de la gente a cambiar de compañía de teléfonos, aunque estén descontentos con el servicio, porque temen que los puedan dejar tirados. Prefieren pagar el triple pensando en que no les van a fallar”. Por el contrario, la satisfacción de sus clientes es su mejor baza para expandirse: “El boca a boca es la mejor publicidad, aunque es lento hacerse una cartera de clientes importante”.

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