Local

Ultimátum a los ‘narcos’ de Río de Janeiro para que se rindan

La Policía amenaza con asaltar la favela en la que se han refugiado.

el 27 nov 2010 / 20:48 h.

TAGS:

Dos niños pasan junto a miembros de la Policía Federal y el Ejército brasileño durante el operativo en la favela de la Grota.
M. Pérez Bella (Efe) n Río de Janeiro
Los intentos de negociación con los narcotraficantes que se encuentran atrincherados en Complexo do Alemao marcaron la tensa espera ayer de las fuerzas del orden, que mantienen cercado ese enorme barrio de favelas de Río de Janeiro.
Las autoridades desplegaron en toda su extensión el contingente de un millar de soldados y policías fuertemente armados para mantener el sitio al conjunto del Alemao y conminaron a los traficantes de droga a rendirse incondicionalmente para preservar sus vidas.
Centenares de narcos se resguardaron en ese barrio marginal el pasado jueves, cuando la Policía tomó con tanques la vecina Vila Cruzeiro, considerada el principal fortín de la organización criminal conocida como Comando Vermelho (Comando Rojo).
La banda ha sido señalada como la principal responsable de la ola de violencia desatada en Río esta semana, que ha causado al menos 35 muertos, según el último boletín de la Policía Militarizada, y ha supuesto la quema de más de cien vehículos.
Las fuerzas del orden han puesto como condición a los sitiados del Alemao que se quieran rendir antes de afrontar un ataque su salida en fila india y con los fusiles en alto por una calle determinada que, al igual que el resto de accesos a la favela, se encuentra fuertemente controlada.
El coronel Mario Sergio Duarte, comandante de la Policía Militarizada, aseguró a la prensa que "está todo bajo control". "Vamos a entrar en el Alemao. Tenemos apoyo aéreo, de la brigada paracaidista, de los fusileros navales, es la hora de entregarse", afirmó.
El coordinador de la organización no gubernamental AfroReggae, José Júnior, permaneció cerca de una hora y media en la favela, se cree que negociando una posible rendición de los narcotraficantes, pero a su salida, rehusó hacer declaraciones.
Poco después, el Ejército situó un carro de combate EE-9 Cascavel, armado con un cañón de 90 milímetros apuntado hacia lo alto de la favela, en un claro desafío a los narcotraficantes.
Sin embargo, al contrario que el viernes, cuando se registraron tiroteos constantes, los narcos se mantuvieron tranquilos y no respondieron a la provocación, según presenció Efe.
arrestos. Al comienzo de la tarde de ayer, la Policía arrestó a dos grupos de hombres, 12 en total, que salieron de la favela desarmados e indocumentados, y que se cree podrían ser narcotraficantes.
El ambiente en la zona era de aparente calma. Algunos vecinos se paseaban, incluso acompañados de niños o cargando las bolsas de compras, con tranquilidad frente a las calles empinadas que se dirigen al corazón de la barriada, mientras que los militares que se parapetaban en cada esquina, apuntando sus fusiles de forma amenazadora.
Los bares vecinos a los accesos a la favela permanecían abiertos, aunque algunos con las verjas a medio bajar, preparados para el cierre en el caso de que comenzase un tiroteo.
Un grupo de personas, en su mayoría mujeres y niños, salió a la calle ayer por la mañana con pancartas en las que pedían paz.
A unas cinco cuadras del principal acceso a la favela, los militares convirtieron una avenida vecina a un cuartel de la Policía en su centro de operaciones.
La calle Paranapanema exhibía una galería de vehículos blindados, tanques con orugas y camiones para transportar equipamientos, en un continuo trasiego de efectivos de los tres ejércitos y de la policía de un lado para otro.
En ese punto, desde el que se puede divisar a lo lejos el monte en el que está ubicada la favela, sorprendía la absoluta calma de la población, que circulaba entre los tanques y fotografiaba cada movimiento de los blindados.
Los restaurantes y bares de la zona estaban llenos y el trasiego de personas confería un aspecto de cierta normalidad, o por lo menos costumbre con el peligro que suponen los enfrentamientos entre policías y narcotraficantes.

  • 1