El Betis ha comenzado la Liga con una victoria (3-0 al Córdoba) y una derrota (3-2 ante el Hércules). Este variopinto arranque no es extraño en el equipo verdiblanco cuando le toca vivir en Segunda. De hecho, es su principio 'favorito'. Así ha empezado en la mayoría de sus 26 campañas en la división de plata.
La contundencia en ataque y la endeblez en defensa han provocado que el Betis de Antonio Tapia inaugure la temporada con luces y sombras, lo que en términos prácticos equivale a un claro triunfo y una justa derrota. Puede que el arranque alarme a algunos béticos, o puede que no, pero en ningún caso debe producir extrañeza, ya que se trata del típico principio liguero del equipo en Segunda. De las 26 campañas que ha militado en la categoría, en diez empezó así: en tres subió (57-58, 89-90 y 93-94) y en otra bajó a Tercera (46-47).
Lo raro, en realidad, es que el Betis abra una Liga en Segunda de la mejor forma posible. Es decir, ganando los dos primeros partidos. Eso apenas ocurrió tres veces y sólo en una fue el augurio del desenlace perfecto: el ascenso (fue en la 78-79, en la que no encajó ningún gol en las seis primeras jornadas y tardó quince en perder). El segundo arranque más frecuente es el de una victoria y un empate: sucedió ocho veces. A todo esto, este Betis al menos ha carburado mejor que en su última experiencia en la categoría de plata: en la 2000-01 empezó empatando en Santiago y perdiendo en casa ante el Elche. Y sin embargo subió.
