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Un Ayuntamiento huérfano y sin rumbo claro

Hace un mes que el alcalde entró en un indefinido periodo de provisionalidad y desde hace una semana el grupo socialista ha perdido a su referente durante los últimos años

el 03 abr 2010 / 19:52 h.

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Aniversarios. El calendario a veces refleja simbólicas coincidencias que sirven para reinterpretar los hechos recientes. Este fin de semana es el aniversario del gran logro del PSOE en la ciudad, el estreno del Metro, y de que se hiciera público uno de sus grandes fracasos: el caso Mercasevilla. Al mismo tiempo, hace justo un mes –fue el 4 de marzo– se formalizó la sentencia de las facturas falsas y José Antonio Griñán abrió con un simple teletipo la mayor crisis de los últimos mandatos  con un desenlace aún incierto. Todos estos elementos combinados conforman una escena paradigmática, la de un gobierno que ha alcanzado algunas de sus metas pero que ha cosechado al mismo tiempo grandes fracasos que le han alejado de su electorado y de su partido hasta encallar por completo. Ahora, con una crisis para la que el PSOE no halla salida se encuentra sumido en una incierta etapa de apatía institucional sin una solución a corto plazo. El propio alcalde incidía ayer en que aún no sabía cuando dejaría el cargo ni si agotaría el mandato.  En punto muerto. El pasado mes de septiembre tras la brusca dimisión de Jon Ander Sánchez, el alcalde lanzó un contundente mensaje a su socio de gobierno: el Ayuntamiento no podía estar más de 48 horas sin un delegado de Economía y Empleo en plena crisis por un conflicto orgánico. El discurso ha cambiado por completo: Sevilla lleva un mes con un alcalde que admite públicamente que personalmente quiere irse, y han pasado cinco días desde que el delegado de Presidencia y Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, anunciara su inminente salida. Todo por un problema orgánico. Los socialistas eligieron la Semana Santa para atenuar el impacto de la salida de Celis, siguiendo una estrategia que puede empezar a considerarse una tradición ya. Y a partir de ahí, un absoluto silencio. El relevo se aplazó, apenas hubo contactos internos, y nadie ha explicado qué ha ocurrido y cómo se va a gestionar la solución a la crisis. Ni una palabra del alcalde o al menos de la dirección provincial del PSOE, que sobre el papel ha tomado las riendas de Plaza Nueva y se disponía a encarar los conflictos que se produjesen en el Consistorio a raíz del relevo para 2011. En medio de este vacío, incluso IU, hasta ahora muy respetuosa, empieza a expresar su preocupación y su malestar por lo que está ocurriendo en el seno del PSOE y en el Ayuntamiento. Celis. El PSOE ha intentado que la salida de Celis hiciera el menor ruido posible. En esta ocasión sí hubo una estrategia pública: la propia consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar, anunció su intención de llevarse a Gómez de Celis –eso sí a instancias del propio Griñán–. Pero las consecuencias aún no están cerradas. Su salida a la Junta no es un hecho aislado. “Nos dejan completamente huérfanos”, decía hace sólo unos días un dirigente socialista. Porque Celis ha ido conformando a su alrededor un equipo durante los últimos años que ahora se queda sin un referente y sin garantías de que su trabajo tenga una  continuidad. No se trata sólo de todo el equipo de Urbanismo –gerente y coordinador–, sino del de Hacienda, de las empresas públicas, del grupo municipal... En buena medida, los que han marcado el rumbo de la Plaza Nueva los últimos años. Su salida y la provisionalidad del alcalde provocan que se desplace el centro de atención. Si Celis era hasta ahora quien quedaba en una posición más delicada por la situación del alcalde, ahora es Francisco Fernández, quien queda en tierra de nadie. A él le correspondería ahora dirigir el grupo al ser portavoz adjunto, y sin duda es el más experimentado. ¿Pero permitirá el PSOE que tome el mando el colaborador más estrecho que ha tenido el alcalde durante sus tres mandatos? Y todo esto con muchas decisiones por tomar, que empiezan por el presupuesto –se iba a presentar antes de Semana Santa pero se tuvo que aplazar–  y que abarcan decenas de procesos en una situación muy delicada, como la Encarnación, Fibes, la Ciudad de la Justicia, Tussam, Mercasevilla... Sin candidato. Si algo demostró Juan Ignacio Zoido cuando fue designado candidato para 2007 fue que debía aprovechar cualquier momento para figurar, cualquier posibilidad para estrechar una mano. Como la Semana Santa. Su experiencia le conduce a difundir al menos una foto diaria. Durante estos días ha sido el único candidato en la ciudad. IU apenas se juega nada, pero ¿quién era el referente del PSOE? ¿Un alcalde en retirada, o una delegada de Fiestas Mayores a quien su partido quiere como solución de emergencia un año? ¿Dónde ha estado Juan Espadas, con un índice de conocimiento de menos del 8%?

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