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Un casting de togas en la Universidad Pablo de Olavide

La empresa ‘American Dream’ cazará a los mejores talentos de Sevilla para las universidades más pujantes de Estados Unidos.

el 22 mar 2014 / 09:34 h.

todos. correo Borrás y Jiménez posan después de ganar un título universitario. En una época de crisis financiera global, los estudiantes andaluces más cualificados están emigrando a las principales potencias del globo en busca de la panacea. El perfil genético de los aventureros es similar. Veinteañeros y universitarios con especial destreza para los idiomas y un GPS sin destino definido. Una empresa afincada en Estados Unidos y dirigida por un madrileño y un catalán ha revolucionado el mercado internacional. Con una firme vocación futbolística, Adriá Borrás y Miguel Ángel Jiménez decidieron impulsar un proyecto que nutriera de futuras estrellas a los mejores campus escolares americanos, con una Liga estatal propia. De una experiencia personal nació en 2012 American Dream, la empresa encargada de cumplir los sueños de los adolescentes patrios. En su gira por España, Borrás y Jiménez, que aún residen en Estados Unidos a causa de sus compromisos académicos, elegirán a Sevilla como una de las estaciones del tren del éxito. La Universidad Pablo de Olavide será sede el próximo 17 de mayo de un casting para jugadores en edad juvenil que el próximo curso se unirán a los estudios finales. El proceso es minucioso y selectivo. En la curiosa prueba, los aspirantes a ser becados por alguna de las mejores universidades americanas serán grabados en vídeo mientras se ejercitan en entrenamientos o partidillos. Ya en Estados Unidos, los dos emprendedores ofrecerán a los mejores conjuntos de la Liga a los talentos españoles que se ajusten al perfil establecido. “Buscan a jugadores que tengan un buen nivel futbolístico y un mejor expediente académico”, apunta Andrés Gamino, exdirector deportivo del Calavera y contacto de la empresa en la zona sur y Andalucía. La experiencia personal de Borrás y Jiménez es el ejemplo más real del cuento de hadas que decenas de jóvenes sevillanos pretenden protagonizar allende las fronteras continentales. Un día completaron el petate y viajaron a Washington en busca de un futuro más halagüeño que el de un país en el que los conceptos fútbol y formación no son precisamente sinónimos. Y allí lograron varios contratos que subvencionaron su estancia en los prestigiosos campus escolares en los que han cursado sus respectivas carreras. Jiménez, incluso, figuró en el equipo ideal de la Liga, paso previo al profesionalismo del soccer, un deporte incipiente en un lugar peculiar en el que el beisbol y el baloncesto son una cuestión de interés nacional. “La reglamentación actual impide que los chavales puedan firmar contratos con clubes profesionales, pero los mejores jugadores de la Liga lo acaban consiguiendo”, matiza Gamino. Con el petate repleto de esperanza y libros. Y un balón de fútbol, claro.

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