Hasta la calle Santa María Magdalena, antes la más concurrida del Centro de Dos Hermanas, vive sus peores momentos. Al menos, ése es el sentimiento entre los comerciantes que han visto caer sus ventas como nunca en 30 años. Ahora, nostálgicos, recuerdan como los clientes esperaban en largas colas para ser atendidos.
Hace cuatro décadas, Dos Hermanas era un tercio más pequeña de lo que es ahora pero el comercio empezaba ya a florecer en una ciudad que se expandía sin criterio. Según algunos técnicos de Urbanismo, el crecimiento era similar a "poner manchas sobre los trazados": un grupo de población en Las Portadas, otro en Montequinto...
En los años 60, coincidiendo con un incremento de la economía española, el Centro de la ciudad empezó a expandirse. Desde la Plaza del Arenal hacia el sur se construían viviendas de gente joven y las barriadas del Rocío y Cantely afloraban. En ese contexto, Santa María Magdalena resultaba ser la calle natural de unión entre el Centro y las nuevas viviendas. Además, en la Plaza del Emigrante, junto a esta vía, se encontraban el antiguo ambulatorio y la casa socorro del Ayuntamiento, hasta donde no se podía ir sin pasar por esta calle.
Los comerciantes más veteranos recuerdan cuando todavía los coches circulaban por ella en ambos sentidos y se podía aparcar: 15 días en un lado y 15 días en otro aunque, eso sí, siempre había algún conductor que lo olvidaba y el acceso natural al Centro se cortaba durante algunas horas, por lo que el barullo de gente en la calle era lo más habitual del mundo.
Coincidiendo con la crisis de los almacenes de aceitunas, en los años 70, hasta tres empresas tuvieron que marcharse del Centro, donde se instalaron pequeños comercios que vivieron durante 20 años su etapa de esplendor, nublada sólo por los problemas de España, como la crisis económica de los 90.
Santa María Magdalena era la vía que conectaba el Centro con los lugares de crecimiento de la ciudad: las afueras, ya que la Avenida de Andalucía -hoy integrada en los céntricos viarios- era la antigua carretera que iba a Cádiz y que fue olvidada cuando se hizo la autopista.
Un ejemplo de todos estos cambios es la librería Juan XXIII, que fue durante muchos años el lugar donde Dos Hermanas compraba sus libros. En aquella pequeña tienda era habitual ver a principios de curso a todas las madres aglomeradas hasta que las dueñas adquirieron un local mejor, donde hoy cuelga el cartel de "se traspasa".
Con la reordenación del tráfico en 2003, las aceras de la calle se agrandaron y el objetivo del Ayuntamiento era que la gente accediera a ella andando. El crecimiento hacia Sevilla y la intención de unir Montequinto y el Centro histórico, desplazó el casco urbano hacia el sur, hasta el punto de que en algunos estudios del Consistorio se incluye el Centro como zona sur. La constitución radial del Centro, por otra parte, hace que algunas manzanas sean excesivamente grandes, según la Asociación de Comerciantes del Asocentro, donde aseguran que "hay espacios donde se podría incluir el Carrefour de Dos Hermanas".
La falta de iniciativas de los pequeños empresarios, la avanzada edad de la población del Centro y los bajos niveles de renta en la zona, influyen también en esta caída de las ventas. A esto se suma también que los nuevos vecinos de Montequinto o Adolfo Suárez optan por hacer su vida en Sevilla.
