Jóvenes al día

Un clásico renovado: calzado y complementos sólo para ellas

Jessica Luna ha montado su propio negocio. Ha logrado hacer de su pasión su profesión y hoy asesora sobre moda a sus clientas en un local con sencillez y elegancia.

el 12 abr 2014 / 22:30 h.

Dice Jessica que la confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito, y no le falta razón. Desde el principio tuvo claro qué quería crear. «No hice un estudio de mercado para ver si mi negocio iba a tener aceptación», comenta, «aposté por él porque siempre tuve claro que de montar algo, sería esto», asegura. Añade que sólo se paró a pensar qué querían realmente las mujeres de su pueblo, Estepa, lugar donde se ubica su negocio. Las respuestas fueron claras: variedad, calidad y precios al alcance de todos. Desde ese momento estos tres principios se convirtieron en la filosofía de empresa de She is, nombre con el que decidió inaugurar su nuevo comercio. Jessica Luna, dueña de la tienda de moda She is. / Foto: J.F.J. Jessica Luna, dueña de la tienda de moda She is. / Foto: J.F.J. Jessica es maestra de Educación Física. Terminó sus estudios hace unos años. Comenta que la saturación en el mercado de trabajo de magisterio la llevó a buscar una salida fuera de éste. «Siempre me ha gustado mi carrera, pero las oposiciones están muy mal, nada te garantiza que saques plaza». Comenta que le desmoralizaba pensar que iba a invertir un tiempo estudiando para que finalmente no saliera bien. «Quiero una cierta independencia, mi trabajo, no depender de mis padres», expone. En ese momento se plantea montar algo, crear su propio negocio y darle forma. Lo de trabajar cara al público no era algo nuevo para ella. Desde pequeña ayudó a sus padres en el negocio familiar que regentaban, el cine del pueblo. «Me gusta mucho el trato con el público» Comenta que tenía la idea desde hace tiempo, incluso vivió un tiempo en Argentina y pensó desarrollarla allí. Fue entonces cuando comenzó a desenvolverse profesionalmente en el mundo de la moda, durante su estancia en ese país. Su actitud decidida y creativa gustaron y fue contratada en una tienda de ropa de mujer. Guarda un excelente recuerdo de su paso por Argentina, aunque comenta que «trabajaba mucho y no cobraba demasiado». Finalmente, no sería hasta su regreso a España cuando decidiría dar el paso y ponerse manos a la obra con sus planes de negocio. Estudió la posibilidad de acogerse a una franquicia pero había inconvenientes: duras condiciones de mantenimiento, desembolso inicial de entrada, limitaciones para ubicarla en cualquier lugar, costes de publicidad. La franquicia la iba a limitar mucho, «no podía incluir productos que yo considerara, sino los que la marca me facilitara», indica. «Quería algo mío, personal, creado por mí». Así nace She is. Jessica fue a un CADE – Centro de Apoyo al Desarrollo empresarial–, donde la pusieron en contacto con un chico que trabajaba en el sector del calzado. La orientaron sobre proveedores y cómo canalizar su proyecto, aportándole algunas ideas. Su idea de negocio reside en ofrecer calzado y complementos exclusivos para mujer. She is –traducción al inglés de ella es–, es un nombre que vende por sí solo, muy directo. Buscaba un diseño simple y elegante, pero llamativo, y lo consiguió. La decoración no es la protagonista de su local, sino sus productos. Se centra en colores neutros, negros y blancos para destacar la belleza del calzado y los complementos. El negro sirve para dar fuerza a las composiciones de las estanterías que relucen flamantes esperando a alguna clienta que encuentre en ellos lo que buscaba. En cuanto al porqué de elegir a la mujer, indica que ésta «es más coqueta, somos las mujeres las que nos paramos más en los pequeños detalles, los hombres, aunque cada vez más, aún no lo hacen tanto como nosotras, menos aún en el contexto del pueblo». Comenta que la especialización es la clave para que los negocios funcionen, «el enfoque que le des es fundamental». Comenta que en Estepa hay varias zapaterías, «yo tenía que diferenciarme en algo, por eso me centré sólo en mujer. Ninguna otra había hecho eso hasta ahora», matiza. Jessica indica que ha querido traer a sus paisanas una tienda similar a la que pueden encontrar en cualquier centro comercial, «ya la tienen aquí, no tienen que desplazarse a la capital. Les he traído lo que demandaban», expone la joven emprendedora. Se siente muy agradecida con sus padres y su hermano, «sin ellos nada de esto hubiera sido posible”, indica. El negocio está pensado y diseñado por ella y su familia. Su hermano ha jugado un papel muy importante en este aspecto, comenta. A pesar de la ayuda de su familia, Jessica ha tenido que pedir un crédito al banco para poder poner en marcha su negocio. Jessica se ha dado de alta como autónomo. Comenta que quizá ahora puede ser un poco más fácil que antes: «al menos tenemos la facilidad de pagar menos durante un tiempo». A pesar de eso, comenta que la cosa se complica cuando se plantea la necesidad de contratar a alguien. «Al contratar a alguien me quitarían la ayuda de autónomo y tendría que pagar la cuota sin la ayuda, el precio se dispara mucho. Tengo que estar sola de momento», expone. «Soy consciente que habrá meses muy buenos y meses malos, tras un año haré balance y veré si ha sido rentable y podría contratar a alguien», plantea. Aún es pronto para hacer previsiones, pero el negocio en su primera semana de ventas está teniendo bastante éxito y aceptación –también coincidiendo con las ventas de Semana Santa–. «Espero que me de para ser independiente y llegar a fin de mes», comenta con complicidad. Considera que no hay suficiente ayuda para los jóvenes emprendedores en este momento. «Te asesoran, pero no te ayudan con dinero. Muchos no disponen de dinero ni tienen posibilidad de pedir un crédito», añade. Define el emprendimiento como arriesgarte a crear tu idea de trabajo, apostar por ella y no dudar que saldrá bien. «Hay que poner ilusión, esfuerzo y mucho trabajo. Y no olvidar una dosis elevada de positivismo». Si se hace con esos ingredientes, el éxito está asegurado. Dice que el emprendimiento en muchos casos es la única opción a la falta de trabajo existente. Sus planes de futuro laboral pasan por seguir en su negocio y si en un futuro, la tienda va bien, poder expandirla a otros posibles lugares. «Si crees que la idea es factible, tienes ganas de trabajar y mucha fuerza para poner en marcha el negocio, no lo dudes, adelante, es el momento».

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