Por C. Prieto, I. Rivera y H. Raya Este año la suerte ha apostado por Sevilla. Y si no era bastante con que el Gordo dejara cuatro millones en Sanlúcar la Mayor y los dos cuartos repartieran 12,2 millones entre el barrio de San José de La Rinconada y Estepa, los quintos premios han dejado un buen pellizco repartido entre Almensilla, Badolatosa, Montellano, La Algaba, tres barrios bien diferentes de la capital: la Avenida de la Constitución, frente por frente a la Catedral; el centro comercial Alcosa, en el Parque Alcosa, y el Paseo Miguel de Unamuno, en Sevilla Este. Una cantidad que es aún difícil precisar porque muchos décimos se vendieron por terminal pero que podría superar el millón de euros toda vez que, sólo en Alcosa, David Blanco repartió 600.000 euros entre sus vecinos.
Como este 22 de diciembre caía en domingo, David no había abierto su administración de loterías, La Coronada. Pero cuando los niños de San Ildefonso cantaron el 5.721 junto a un premio de 60.000 euros se encaminó rápidamente al establecimiento y, muy contento y agradecido por la fidelidad del barrio, se dispuso a recibir a todos los premiados. Había vendido 10 series de este número, lo que se traduce en 600.000 euros 6.000 al décimo de los que, este año, por primera vez, habrá que descontar el 20% que se lleva Hacienda. Pero no deja de ser una ayuda a este barrio obrero, que había apostado por su administración: Hemos aumentado las ventas un 13%.
En cierto modo, era una apuesta casi segura. David no había dado nunca antes un premio de la Lotería de Navidad, pero sí otros, incluso de más cuantía, entre euromillones, quinielas y primitivas desde que abrió en 1986. Además, ayer, no se conformó con este quinto: Han bailado dos cifras para que hubiéramos dado el Gordo. Y hubiera sido más repartido aún porque lo he vendido íntegro y en ventanilla. Pero nos tendremos que conformar con que terminen los dos últimos números igual, así que 120 euros más por décimo que dejó en el barrio.
Muy cerca, en Sevilla Este, Federico del Valle, que conoció la noticia por un cliente, abrió su despacho de lotería, en el Paso de Miguel de Unamuno, expresamente para atender a El Correo. El sistema de venta por terminal le dificultaba calcular el premio de este quinto premio que había repartido, pero sí tenía claro que, como mucho habían sido 60.000 euros, en cuanto no ha vendido más de 10 décimos de cada número. En otros sorteos también ha repartido premios desde 2008, cuando estrenó el despacho, el más reciente una quiniela de 180.000 euros, pero no tiene la misma repercusión. Así, a la espera de que llegara algún agraciado, Del Valle no podía disimular su alegría.
Tampoco Diego Geniz Díaz, que gestiona un despacho de loterías dentro de la librería Chindo de La Algaba podía calcular la cuantía en premios que había repartido con el 81.156, otro de los quintos premios que ayer inundaron de alegría y euros buena parte de Sevilla. Lo vendo para cualquier punto de España, así que no sé cuánto he podido vender. Pero creo que bastante porque el 6 es mi número favorito y se lo recomiendo a todo el mundo. Por esto yo tengo también la terminación. Ningún agraciado se había acercado ayer a su establecimiento, pero los miembros de la peña cultural sevillista de enfrente le acompañaban en la celebración. A lo largo de sus 30 años como lotero, Diego ha dado otros premios: un gordo del sorteo de los jueves en septiembre de 2012 o 368 millones de pesetas de la Primitiva en 1989. El mismo número que ha repartido Geniz en La Algaba se ha vendido en Badolatosa y en la Avenida de la Constitución en Sevilla, frente a la Catedral.
Apenas tres minutos antes, los bombos asociaban un número muy parecido, el 81.854, a otro quinto premio que alcanzó Almensilla y Montellano.
Esmeralda Nieto Lucas, la responsable de la única administración de loterías del pueblo de la Sierra Sur, no podía disimular su emoción. Era el primer premio que repartía desde que sus abuelos abrieran el despacho hace 40 años y se murieron con la pena de no haber dado ninguno. He tenido tres niñas y todos los vecinos pensaban que, con cada embarazo, daría el premio, pero ha habido que esperar hasta ahora, comentaba por teléfono. Había vendido diez décimos, uno a uno, por ventanilla por lo que le ha tocado 6.000 euros a 10 personas del pueblo. Si hubiera sido el número del autobús el que corresponde a la matrícula de la primera línea que tuvo Montellano, el 20.395, que solicitó el chófer y al que se abonó su abuelo, nos habría tocado a todos. Y aunque no era mucho, la alegría es contagiosa y prácticamente todos los vecinos se habían acercado hasta la plaza de Andalucía para sumarse a la fiesta, hasta uno del banco.
La Casa Ufano de Almensilla permanecía cerrada a cal y canto. En el bar de enfrente explicaban que el número que tenían expuesto acababa en 1 y lo que hayan vendido ha sido todo por la maquinita. Pedro Pérez, su titular, está de hecho ingresado en Bormujos y es su hijo Francisco quien lleva el negocio estos últimos años. Localizado vía móvil por un vecino, afirmó desconocer cuántos décimos se han podido vender. Eso sí, en la puerta del local, en la calle Aire, alardean de haber repartido 100.000 euros el pasado julio en un sorteo de La Primitiva.
