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Un enfermo mental de Pino Montano amenaza con hacer explotar su casa

Un vecino de Pino Montano de 50 años con problemas mentales fue detenido ayer tras causar el pánico amenazando con hacer explotar la casa en la que retenía a su mujer y a sus hijos, lo que obligó a desalojar a 64 familias de dos edificios.

el 15 sep 2009 / 02:43 h.

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Un vecino de Pino Montano de 50 años con problemas mentales fue detenido ayer tras causar el pánico amenazando con hacer explotar la casa en la que retenía a su mujer y a sus hijos, lo que obligó a desalojar a 64 familias de dos edificios. Un mediador logró que abriera la puerta en cuanto pudo hablar con él.

Los propios familiares llamaron al 112 desesperados y encerrados en habitaciones de la casa, porque el hombre comenzó amenazando con clavarles un cuchillo y terminó diciendo que haría explotar la vivienda. Retenía contra su voluntad a su esposa y a dos de sus tres hijos, que viven con él y que no sufrieron daño alguno. El detenido, José Antonio A.G., ha quedado ingresado en el área psiquiátrica del Macarena.

Cientos de vecinos rodearon el bloque 5 de la calle Lavanderos, frente al parque de Bomberos de Pino Montano, durante las dos horas que duró la amenaza observando cómo desde una ventana del 5-D un hijo trataba de informar a la Policía tirando papelitos con mensajes escritos, que los agentes recogían. El padre había cortado el teléfono y la Policía Nacional no podía contactar con él, según informó el comisario del distrito Macarena al concluir el suceso.

Dar con la forma de hablar con el hombre fue lo más complicado, pero en cuanto un mediador de la Policía pudo contactar con él accedió a abrir la puerta con rapidez y fue reducido "sin dificultad", según explicó el comisario. El contacto pudo hacerse a través de un móvil, gracias a la mediación del tercero de sus hijos, que estaba en la calle y pudo hablar con uno de sus hermanos encerrado en el piso. Entretanto, equipos de Bomberos y efectivos de la Policía se preparaban por si era necesario entrar a la fuerza en la casa.

Desde fuera, los vecinos veían cómo el hijo abría y cerraba las persianas de una ventana, tiraba papeles e incluso movía un colchón y lo ponía sobre la puerta de la habitación. Muchos conocían al hombre y decían que estaba "mal", aunque nadie había tenido problemas con él. La mayoría había vivido momentos dramáticos cuando, sobre las ocho de la tarde, policías, médicos y bomberos llegaron a toda prisa, con las luces de emergencia encendidas, y desalojaron a las 64 familias que viven en los dos bloques -de siete y nueve plantas, con cuatro pisos por planta- que podrían haber resultado afectados si el hombre cumplía su amenaza.

Entre ellos, una anciana vecina del segundo del mismo bloque del detenido, que llevaba dos años sin salir de su casa, acostada y con respiración asistida, que tuvo que ser sacada en una silla de ruedas. Muchos vecinos sacaron a sus mascotas, y alguno debió de dejar un grifo abierto, porque las escaleras chorreaban cuando la Policía les permitió volver a entrar.

El comisario de Macarena informó de que, aunque el hombre había recibido tratamiento psiquiátrico desde hacía años, con altas y bajas según la evolución de la enfermedad, la Policía jamás había sido requerida en esa vivienda por una actitud violenta, ni siquiera para apoyar una asistencia médica, "lo que sucede con frecuencia con estos enfermos".

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