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Un ertzaina pierde cuatro dedos al estallarle una bomba

El frustrado atentado de ETA en los juzgados de Getxo tuvo sus consecuencias 24 horas después de ser desactivadas las bombas. Un ertzaina perdió cuatro dedos de su mano derecha al estallarle un explosivo que estaba manipulando junto a su compañero, que apenas sufrió lesiones.

el 14 sep 2009 / 20:02 h.

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El frustrado atentado de ETA en los juzgados de Getxo tuvo sus consecuencias 24 horas después de ser desactivadas las bombas. Un ertzaina perdió cuatro dedos de su mano derecha al estallarle un explosivo que estaba manipulando junto a su compañero, que apenas sufrió lesiones.

El artificiero de la Ertzaintza sufrió afecciones en cuatro dedos de la mano derecha, que tuvieron que ser amputados, así como en parte de las yemas de tres dedos de la izquierda tras explotar el detonador de una de las dos bombas desactivadas el domingo en la localidad vizcaína de Getxo. El artillero fue trasladado al hospital de Cruces, en Barakaldo (Vizcaya) y su vida no corre peligro, mientras que su compañero fue dado de alta después de que los médicos comprobaran que no había sufrido lesiones en el oído a causa de la explosión.

El suceso se produjo sobre las 10.30 horas del lunes en la base que la Policía Autónoma Vasca tiene en Iurreta, localidad vizcaína próxima a Durango. Según el primer parte médico emitido por el hospital, el agente de la Unidad de Explosivos de la Ertzaintza se encuentra en el servicio de urgencias del citado hospital vizcaíno "consciente y orientado, con situación hemodinámica normal".

Un suceso similar al ocurrido se produjo el 1 de julio de 2003, cuando la Ertzaintza logró desactivar, tras cuatro horas de trabajo, una bomba-trampa colocada por ETA junto a la instalaciones de la empresa Iberdrola en el barrio bilbaíno de Larraskitu. Sin embargo, el mal estado de la cloratita que componía el artefacto provocó, cuando éste estaba ya almacenado, la explosión de dos polvorines de la Policía Autónoma Vasca el 23 de julio y dos ertzainas resultaron heridos.

Además, artificieros de la Ertzaintza han sufrido en varias ocasiones heridas mientras trataban de desactivar bombas-trampa de ETA, una de las cuales acabó el 24 de mayo de 1989 con la vida del agente Luis Hortelano García. Ese día, García trataba de desactivar un artefacto encontrado en el maletero de un taxi, en el barrio bilbaíno de Zorroza, en un atentado que también acabó con la vida de dos especialistas de la Policía Nacional. Mientras, en el año 2000, tres ertzainas, 10 guardias civiles y tres policías nacionales fueron heridos por la explosión de una bomba escondida junto a un lanzagranadas.

ETA probó el pasado domingo atentar contra la Ertzaintza con una bomba-trampa de tres kilos de cloratita colocada junto a otro artefacto de cinco kilos del mismo componente, cuya explosión en los juzgados de Getxo fue anunciada en una llamada en nombre de la banda terrorista, aunque no estalló.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, señaló que el objetivo de ETA era causar "una masacre", al tiempo que avisó de su estrategia: "ETA va a seguir intentándolo y lo que ha intentado en Getxo es sencillamente un asesinato indiscriminado". Por su parte, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, consideró "preocupante" el método usado por ETA para atentar, a la vez que expresó su alivio por el nuevo "error" de la banda.

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