Al menos 147 personas perdieron la vida y otras 15 desaparecieron por el terremoto de 8,3 grados de magnitud en la escala Ritcher que sacudió la pasada madrugada el centro y sur de Chile, causando además una gran destrucción.
El seísmo, del que se han producido 60 réplicas, se desató a las 7.36 hora española, cuando la mayoría de los 17 millones de chilenos dormían. El Maule, a 300 kilómetros de Santiago, fue la región más afectada por el seísmo, según el ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma. El Instituto Geológico de EEUU informó de que el terremoto alcanzó una magnitud de 8,8 grados Richter y situó su epicentro en la sureña región del Bío Bío, a 500 kilómetros de Santiago y a unos 90 kilómetros al sureste de Concepción, la capital regional, donde se calcula que puede haber 60 muertos y otros 60 atrapados. Sin embargo, el Instituto Sismológico de la Universidad de Chile dijo que el seísmo alcanzó los 8,3 grados Richter y localizó el epicentro en la costa, a 63 kilómetros al suroeste de la ciudad de Cauquenes, en el límite entre las regiones del Bío Bío y del Maule, más al norte. En cualquiera de los casos, el temblor recordó ayer a los chilenos que viven en uno de los países más sísmicos del planeta, en la zona conocida como Cinturón de Fuego.
Asimismo, este terremoto provocó un tsunami en el océano Pacífico que golpeó parte de la costa de ese país, donde perecieron tres personas. Al cierre de esta edición avanzaba hacia Hawai. Por este motivo medio centenar de naciones están en alerta. En la localidad chilena de Talcahuano se registraron olas de 2,3 metros de altura por encima de lo normal y en Coquimbo y Valparaíso rondaban los 1,3 metros, según la Administración Nacional de Atmósfera y Océanos de Estados Unidos. Tanto el Gobierno chileno como el de Ecuador habían ordenado la evacuación de las personas que residen en áreas bajas de esas islas.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, que llegó a la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) pocos minutos después del seísmo, viajó a la región del Maule poco antes del mediodía de ayer, para conocer sobre el terreno los efectos del fuerte terremoto. Su sucesor y presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, anunció que destinará el 2% del presupuesto público para la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto.
Ciudades paralizadas. Todo el territorio entre las regiones de Valparaíso y La Araucanía fue declarado zona de catástrofe por el Gobierno, que de inmediato comenzó a confeccionar un registro de los daños materiales, que incluyen caída de puentes y pasarelas peatonales en las autopistas que comunican Santiago con el norte y sur del país. Las autoridades recomendaron no viajar, salvo por estricta necesidad, mientras las ciudades, incluida la capital, permanecían casi paralizadas. En Santiago de Chile no funcionaba el metro y el transporte de superficie era escaso y el aeropuerto internacional fue cerrado debido a algunos daños en la torre de control y terminal de pasajeros. También hubo cortes en el suministro eléctrico que afectó a 1,4 millones de clientes de Chilectra, compañía chilena controlada por Endesa, aunque en la tarde de ayer ya había logrado restablecer el servicio a más del 80% de todos los afectados.
Nada más conocerse la magnitud del seísmo la comunidad internacional se volcó para ofrecer ayuda. El presidente de EEUU, Barack Obama, dijo que su país tiene recursos listos para enviarlos a Chile si así se lo pide su Gobierno. Sin embargo, la visita prevista por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, al país para mañana ha quedado en el aire. Obama en su alocución también urgió a los residentes de Hawai y la costa oeste de Estados Unidos a que se preparen para la llegada del tsunami.
Al igual que EEUU, numerosos países latinoamericanos, España, la UE y la ONU reaccionaron con celeridad. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, manifestó la disposición del organismo para asistir a Chile. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el Rey también expresaron la solidaridad de España con el pueblo chileno y "su disposición para ayudar en todo lo que necesite". La jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, también ofreció todo su apoyo.
Por otra parte, un niño de 8 años murió y otros dos resultaron heridos por otro terremoto de 6,1 grados que sacudió ayer la provincia argentina de Salta. Este temblor no tiene relación con el de Chile, según los expertos.
