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Un gendarme resulta herido tras un tiroteo con presuntos etarras

Un gendarme resultó herido ayer tras un tiroteo con dos presuntos etarras en el municipio francés de Saint Enimie. La Gendarmería busca a los dos presuntos autores del ataque mediante un dispositivo especial que opera por tierra y aire.

el 16 sep 2009 / 03:59 h.

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Un gendarme resultó herido ayer tras un tiroteo con dos presuntos etarras en el municipio francés de Saint Enimie. La Gendarmería busca a los dos presuntos autores del ataque mediante un dispositivo especial que opera por tierra y aire.

La Gendarmería francesa puso ayer en marcha el Plan Epervier (Gavilán) para intentar localizar a los dos supuestos etarra

s que dispararon al mediodía de ayer a un agente en la localidad de Saint Enimie, en el departamento de Lozère, informaron a Europa Press fuentes de la Gendarmería.

La búsqueda, en la que participaban ayer tres helicópteros, traspasó los límites del departamento de Lozere y se amplió por las regiones fronterizas de Midi-Pirineos y Aquitania. Los hechos se produjeron sobre las 13.00 horas cuando una pareja de gendarmes fue alertada del robo de un Citroën Picasso por el dueño, que se había dejado las llaves puestas. Al dirigirse a la zona, una patrulla se cruzó con el coche robado, seguido de otro vehículo. Ambos estaban conducidos por sendos terroristas.

Al avistar a los gendarmes, uno de los coches fue abandonado y los dos hombres continuaron su ruta a bordo del Citroën Picasso que los agentes galos intentaron detener. Fue en ese momento en el que el supuesto etarra disparó dos veces a los gendarmes a través de la ventanilla del copiloto, hiriendo en una mano a uno de los agentes, que fue operado en un centro médico cercano y por cuya vida no se teme.

Se trata del segundo enfrentamiento entre etarras y gendarmes en poco más de mes y medio. El 25 de abril, dos etarras emprendieron una huida en el término municipal de Nievre tras ser denunciados por el dueño de una gasolinera en la que habían repostado y de la que se habían marchado sin abonar el total adeudado. Tras localizarlos, los agentes emprendieron la persecución de los presuntos terroristas, que sufrieron un accidente y abandonaron el vehículo, un Citroën C4 robado y con las placas de matrícula dobladas. Los gendarmes no efectuaron ningún disparo y los etarras lograron huir.

Sin embargo, el ataque más grave a un miembro de la Gendarmería francesa se produjo el 28 de noviembre de 2001 cuando el agente Gerard Llavadur recibió siete impactos de bala realizados por el que fuera jefe militar de ETA Ibon Fernández Iradi, Susper, condenado en el país vecino a 30 años por aquellos hechos. Llavadur y su compañero habían sorprendido a Susper y Antonio Figal discutiendo junto a unos coches y les pidieron identificarse, momento en el que Susper disparó. El gendarme resultó gravemente herido, pero logró salvar la vida.

Las pesquisas de la investigación incluirán la recogida de huellas y posibles muestras de ADN de los vehículos sustraídos por los etarras y el análisis de la munición utilizada en el disparo contra uno de los agentes, que resultó herido en una mano, según informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.

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