Un joven de 17 años fue detenido en Alicante por golpear y prender fuego a un indigente que dormía en un cajero. El arrestado, que pasará seis meses internado en un centro, asegura que lo hizo por "venganza"y porque estaba "cansado" del mendigo.
El agredido, un hombre de 42 años, fue trasladado por los servicios sanitarios al Hospital General de la ciudad con un traumatismo craneoencefálico y quemaduras de primer grado en el cuero cabelludo. El paciente se encuentra en coma neurológico postraumático con pronóstico muy grave.
Los hechos sucedieron sobre la 1.30 hora de la madrugada de ayer, cuando el joven de 17 años entró en el cajero, golpeó al indigente que dormía en el interior y le prendió fuego. Gracias a la colaboración ciudadana -un vecino que alertó a la Policía- el agresor fue arrestado y pasó a disposición judicial. La titular del Juzgado de Menores número 2 de Alicante acordó el internamiento en un centro cerrado durante 6 meses prorrogables para el joven. Los hechos continúan investigándose, aunque inicialmente el caso se ha calificado como asesinato en grado de tentativa. Para esta calificación, la juez ha impuesto al menor detenido la medida cautelar más severa que recoge la ley.
La Policía Nacional descartó que el ataque fuera "aleatorio" porque, según aseguró ayer mismo en un comunicado, "el presunto agresor y la víctima se conocían, al ser vecino del lugar y la víctima, indigente que dormía en el cajero automático".
De hecho, el menor aseguró tras ser arrestado que actuó por "venganza" y porque estaba "cansado" de la víctima, según indicaron ayer a Europa Press fuentes cercanas a la investigación.
El joven, de 17 años y con antecedentes por un delito contra el patrimonio, vivía por la zona de la avenida de Novelda, donde se produjo la agresión, y podría haber tenido algún tipo de problema anterior con su víctima, según indicaron las mismas fuentes, quienes precisaron que, supuestamente, le roció con un líquido inflamable en la cabeza, donde también le golpeó. El agresor utilizó aceite sintético como acelerante para propagar el fuego en la víctima, según informaron fuentes policiales.
Los agentes, alertados por la llamada de un vecino, encontraron al menor con un papel ardiendo en la mano y al agredido tendido en el suelo con golpes en la cara y la cabeza incendiada.
El suceso de ayer recuerda a otra trágica agresión de aún peores consecuencias ocurrida en 2005 en Barcelona. En diciembre de ese año tres jóvenes, uno de ellos menor de edad, fueron detenidos acusados de la muerte de una indigente a la que prendieron fuego tras rociarla con un disolvente en un cajero automático donde dormía, en el distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi. La filmación de la cámara de seguridad grabó la entrada y salida del cajero de los presuntos asesinos, lo que permitió identificarles. La brutalidad del crimen llevó el caso inmediatamente a los medios de comunicación, que el pasado año siguieron con atención el juicio a los agresores.
La indigente dormía en el cajero para resguardarse del frío en una noche con una temperatura de 5 grados, lo mismo que había hecho ya en madrugadas anteriores en el mismo lugar. Los dos jóvenes mayores de edad entraron poco después de la una de la madrugada, como consta en la filmación, y la emprendieron a empujones, golpes e insultos a la mujer. Tras este primer episodio de violencia, los dos agresores abandonaron el cajero y la víctima cerró la puerta por dentro, hasta que al cabo de tres horas, otro joven, el menor de edad, llamó a la puerta y entre todos -ellos discrepan en sus declaraciones- le prendieron fuego. Los dos jóvenes mayores de edad fueron condenados a 17 años de prisión y a indemnizar a la familia, y el menor a pasar ocho años de su vida en un centro de internamiento.
