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Un joven mata a puñaladas a su padrastro tras una discusión

Los vecinos dicen que el agresor, que está detenido, es esquizofrénico y violento. La víctima es un rumano de 41 años que mantenía una relación con la madre del agresor.

el 30 abr 2010 / 07:20 h.

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Paul Vulpe George había pasado la noche del jueves con dos amigos en casa de uno de ellos. Entre los tres se habían bebido una botella de whisky mientras charlaban y veían la televisión. Sobre las diez de la noche volvió a su casa, el bajo izquierda del número 33 de la calle Mirlo, en Los Pajaritos. Allí compartía piso con su pareja, Carmen, y el hijo de ésta, un joven de 21 años, que dos horas después se convertiría en su verdugo, asestándole dos puñaladas que acabarían con su vida.

A ella la conocen en el barrio como La Coja, porque tiene una prótesis en una de las piernas, y a nadie le sorprendió que poco antes de las doce de la madrugada la oyeran discutir a voces. "No sabemos si era con el hijo o con su pareja, pero siempre les escuchábamos discutir unos con otros, eso era normal", decía una de las vecinas, a la que no le extrañaba nada el trágico desenlace. "Al niño le dicen El Loco, esta fatal de la cabeza y es muy agresivo", explica la misma vecina, que no quiere dar su nombre por temor. "Aquí que no nos lo traigan, es lo que le digo a los jueces".

Lo que sí llamó la atención a los vecinos del numero 33, y de los bloques aledaños, fue que Carmen comenzara a pedir auxilio y que gritara solicitando que "alguien llamara al 112, porque no la dejaban salir". Sin embargo, ella sí pudo salir a la calle con las ropas ensangrentadas, hasta tal punto que el vecino que alertó a los servicios de emergencias creyó que ella había sido agredida y que tenía una herida en la cabeza. Faltaba un minuto para la medianoche. Ella no estaba herida, era la sangre de su pareja, un hombre de 41 años y de origen rumano, al que su hijo supuestamente acababa de asestarle dos puñaladas.

El joven, Francisco Javier B.C., estaba en la puerta del bloque, "sin camiseta, fumándose un cigarro y con el cuchillo en la mano", según relatan los testigos que habían bajado a la calle alertados por los gritos, aunque ninguno de ellos quiso acercarse "porque esta loco perdío y nos daba miedo que nos hiciera algo a nosotros". La Policía llegó poco después. El joven no opuso ninguna resistencia para ser detenido, reconociendo a los agentes que le había asestado las puñaladas a su padrastro en defensa, según su versión, de su madre. El supuesto agresor explicó que ambos mantenían una fuerte discusión en la que él se metió. Fue entonces cuando tuvo un encontronazo con la pareja de su progenitora, hasta el punto de que acabó clavándole un cuchillo. El joven, que ya le había pegado en otras ocasiones, le propinó dos puñaladas, una en el costado izquierdo y otra en el pecho, que acabaron con su vida. De hecho, el 061 no pudo salvarlo.

Francisco Javier prestó ayer declaración ante la Policía y está a la espera de pasar a disposición judicial. Al joven le constan cuatro detenciones anteriores por robo y lesiones, según confirmaron ayer fuentes de la Policía Nacional.

Esperó a la Policía con un cigarro

Los testigos del crimen coincidían ayer en la sangre fría de Francisco Javier tras el crimen. "Estaba en el puerta, fumando y con el cuchillo en la mano. Lo tiró cuando vio llegar a la Policía". De hecho, llegó a hablar con los agentes antes de ser detenido. "La Policía preguntó al joven si sabía qué había pasado y les dijo que no", contaban los testigos. "Se dieron cuenta de que era él cuando llegó el hermano y le preguntó si le había pegado a su madre. El Loco amenazó entonces a su hermano con matarlo".

 


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