En medio de la trifulca política generada tras la propuesta del PSOE andaluz de promover la enseñanza en la comunidad de las lenguas autonómicas, en Gerona empezó el martes el juicio contra una mutua de salud demandada en octubre por un médico sevillano, que denunció haber sido despedido por no hablar catalán.
Héctor G. H. se licenció en Medicina por la Universidad de Sevilla y se fue a Cataluña para hacer su especialidad, Medicina del deporte. Entretanto, en septiembre de 2004, lo contrató la mutua del Servicio de Prevención Ajeno en Seguridad y Salud de Gerona, la empresa que el pasado 8 de octubre lo despidió, según le comunicó por escrito, por "la transgresión de la buena fe contractual, así como el abuso de confianza en el desempeño del trabajo", una copia literal del apartado d) del artículo 54.2 del Estatuto de los Trabajadores y que, según Héctor, esconde el verdadero motivo de su despido: "La empresa ha empleado un subterfugio y el motivo real es que no hablo catalán, por eso no he dejado de recibir presiones de mis compañeros en estos años, aunque nadie me preguntó si sabía catalán cuando me contrataron. Eso no supuso ningún problema entonces", asegura. El caso está ahora visto para sentencia.
La mutua aseguró que el despido "no está relacionado con el idioma" sino con "la relación contractual entre empresario y trabajador", si bien reconoció que sí se produjo un incidente entre médicos por motivos idiomáticos.
El facultativo sevillano denunció que "el idioma se emplea en Cataluña para represaliar a gente de fuera y evitar que tenga acceso a un trabajo cualificado y así es como hacen que Cataluña se quede para los catalanes", afirmó Héctor, quien aseguró que al principio se esforzó por aprender catalán. "Pero cuando mis compañeros empezaron a presionarme y a usarlo contra mí, me negué a aprender. Es un tema generalizado, todo el mundo lo sabe aunque nadie denuncie".
