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Un menor acepta ocho años de internamiento por matar a otro a puñaladas

El crimen tuvo lugar el pasado verano en la calle Trópico, en la barriada de Su Eminencia. El ahora condenado tendrá que afrontar tras su puesta en libertad cinco años de libertad vigilada.

el 31 ene 2013 / 17:48 h.

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El menor de edad acusado de asesinar de siete puñaladas y  seccionar la yugular a un joven el pasado día 16 de agosto en la calle Trópico de la capital hispalense ha aceptado ocho años de  internamiento en un centro cerrado, seguidos de cinco años de libertad vigilada, según han informado a Europa Press fuentes del  caso.   

En este sentido, las mismas fuentes han indicado que el juicio ha  tenido lugar en la mañana de este jueves en el Juzgado de Menores  número 2 de Sevilla, y en el mismo el menor de edad se ha mostrado  conforme con los hechos y las peticiones de pena realizadas por la  Fiscalía y la acusación particular ejercida por la madre de la  víctima.

Así, el acusado, que en el momento de los hechos tenía 17 años, ha  aceptado ocho años de internamiento seguidos de cinco años de  libertad vigilada, periodo temporal éste en el que no podrá  aproximarse a menos de 50 kilómetros de los familiares del joven, de  22 años de edad e identificado como F.J.M.A..

Además, el menor tendrá que indemnizar a la novia de la víctima  con 363 euros por los daños causados en su vehículo y a los padres  biológicos del fallecido con 180.000 euros.  En su escrito de alegaciones, al que ha tenido acceso Europa  Press, el abogado que ejerce la acusación particular en nombre de la  madre de la víctima relata que los hechos tuvieron lugar sobre las 12.30 horas del día 16 de agosto de 2012, cuando el menor llegó en su  ciclomotor al domicilio de un amigo que se encontraba en compañía de  otros jóvenes. El abogado de la madre, Simón Fernández Rebollo, dice que,  "instantes después, y estando todos en la puerta, en la que mantenían  una conversación", llegó al lugar el fallecido en un vehículo  propiedad de su novia, con el que estacionó tras la motocicleta del  acusado, "que entendió que le había rozado" la misma.

AGRESIÓN PREVIA CON UNA KATANA

Con motivo del supuesto roce, el acusado "inició una agria  discusión" y exigió al fallecido que redactara un parte amistoso,  cuestión a la que este se negó, tras lo que el imputado, "sin mediar  palabra", abandonó el lugar, momento en el que los amigos de la  víctima "advirtieron" a ésta de que "tuviese cuidado, ya que meses  antes y con motivo de una nimia discusión, el acusado había agredido  al fallecido con una katana".

Seguidamente, el menor se dirigió a su domicilio, donde "cogió una  barra de hierro o 'regla de albañilería'" de unos 90 centímetros de  largo y un cuchillo de monte, tipo machete de caza, de 31,5  centímetros de longitud total y hoja de 19,8 centímetros, cuchillo  que "escondió en la parte trasera de su pantalón para evitar que se  viera".   Tras llegar de nuevo a la calle Trópico, donde continuaban el  fallecido y sus amigos, el acusado, "sin mediar palabra, comenzó a  golpear el vehículo propiedad de la novia" de la víctima, al tiempo  "que se dirigía a este increpándole" y diciéndole "*qué, ahora me vas  a dar el seguro?".  

"INDEFENSION" DE LA VICTIMA

Ante la actitud del acusado, el fallecido se dirigió a este con un  pequeño martillo que había cogido previamente, enzarzándose con él en  una disputa durante la cual el acusado le agredió con la barra en  cabeza y piernas hasta que, en un momento dado, "aprovechó" para, "de  forma inesperada y por sorpresa al estar situado a la espalda" del  finado, sacar el cuchillo que portaba en su espalda y asestar a éste  al menos siete puñaladas.

La víctima recibió dos de las puñaladas en el tórax, momento en el  que el imputado, "aprovechando el efecto de las anteriores, el gesto  de protección de Francisco y su situación de indefensión", lanzó otra  puñalada "deliberadamente" a la zona izquierda del cuello,  "penetrando la totalidad de la hoja y seccionando la carótida interna  y la yugular con perforación del esófago y la hipofaringe".  

A consecuencia de las heridas, la víctima sufrió una "gran"  hemorragia externa que le provocó un shock hipovolémico que determinó  su fallecimiento a los pocos minutos, dice el letrado, que añade que,  "tras la agresión y sin preocuparse del estado" del joven, el acusado  abandonó el lugar "con tranquilidad, llevándose consigo el cuchillo  que posteriormente escondió en el armario de su habitación".

"ESE YA NO SE LEVANTA MAS"

A las puertas de su domicilio se encontró con una vecina que,  "alarmada por las manchas de sangre que presentaba, le preguntó por  lo ocurrido, manifestándole éste haber tenido una pelea y diciendo en  relación" con la víctima "ese ya no se levanta más".

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