Economía

Un negocio entre jabones

Carmen Fernández y Federico Sánchez Arjona dejaron la informática para abrir una tienda de productos naturales que ya es franquiciable.

el 30 mar 2014 / 22:45 h.

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Sevilla 14 03 2014: Javoteca calle Asuncion Carmen Fernandez.FOTO:j.M.PAISANOAsegura que definir La Jaboteca como una tienda de jabones «se queda inmensamente corto». Su negocio ofrece «todo lo que el cliente necesita en soluciones naturales», combinables entre sí hasta lograr productos infinitos. Aunque la carta de presentación de este negocio que pusieron en marcha hace nueve años Carmen Fernández y su marido, Federico Sánchez Arjona, sean sin duda los jabones: entrar en cualquiera de sus dos tiendas en Sevilla es toparse con enormes bloques de jabón de llamativos colores, trufados de frutas o especias, cortados al tamaño que se solicite y con los más variados olores. Pero es cierto que, tras esa primera impresión, pueden verse estanterías pobladas de esencias, cacaos, cremas, sales y perlas de baño, colonias... La firma nació con la tienda que aún hoy continúa abierta en la calle Asunción número 21, a la que un año después le siguió como franquicia otra en la calle Cuna, 9. Cuentan con laboratorios propios en Villamanrique de la Condesa, ya han comenzado a vender por internet y el año pasado recibieron el premio de la Cámara de Comercio a la Mejor Labor Empresarial. El negocio surgió por vocación y con una premisa que han mantenido hasta hoy: crecer despacio, ajustando mucho los costes para no exponerse a grandes riesgos, y teniendo cuidado de no perder la esencia por la que estos dos emprendedores dejaron su trabajo como informáticos. «Nos decidimos a cambiar de vida, dejamos la informática porque teníamos otras inquietudes», explica Carmen Fernández. Les motivaba la naturaleza y a ella recurrieron en busca de esencias naturales de flores y frutas, cuidando mucho la materia prima, siempre de primera calidad. «Nuestras premisas son el precio asequible y la calidad altísima», resume Fernández, que defiende que sus productos emiten «sensaciones, emociones», más allá de su uso como cosméticos. La Jaboteca obtiene sus materias primas de diversos proveedores externos –«hay que buscar a los más adecuados a esta filosofía»– y también de las investigaciones que realiza en sus propios laboratorios, en los que trabajan un director técnico y otros empleados puntuales, en función de las necesidades. Combinando la esencias, «siempre en una línea de pureza y sencillez», ofrecen numerosas combinaciones, pero también ayudan a los clientes a que se atrevan a mezclar olores, colores, esencias y aceites para que el producto se adapte a su piel. El colofón es una presentación que han ido trabajando con los años, una imagen de marca muy pensada. En sus estanterías no faltan la Rosa Mosqueta, un clásico que nunca falla, o el ahora más conocido aceite de Argán, que Fernández se muestra orgullosa de haber introducido en cuanto se empezó a comercializar. Pero también les gusta innovar, con olores como los de geranio o hiedra, muy frescos. La idea es ir variando los productos constantemente, «porque el mercado te pide cosas nuevas», pero respetando los que más se venden. Es lo que les permite tener un laboratorio propio, «que se ha ido haciendo poco a poco», porque Fernández insiste en que su modelo es «construir unos pilares muy fuertes para que sea difícil tumbar a esta empresa». Lo hicieron, añade, desde el principio, incluso antes de la crisis, y reinvirtiendo los beneficios para lograr una estructura sólida. El negocio se basa en gran parte en clientes habituales, y está encontrando un gran aliado en la venta por internet, que pusieron en marcha el año pasado y que les ha permitido ampliar su venta a muchas ciudades de España. Incluso les hacen pedidos desde Sevilla, por comodidad. Están satisfechos con su evolución porque han crecido año a año, también durante la crisis, consolidando el negocio. Su próximo reto es ampliar la red de franquicias, pero no tienen prisa. Con todos los trámites cumplimentados, «con el tiempo, cuando la situación económica vaya mejor», impulsarán esa expansión, igual que barajan iniciar la exportación. Sin embargo, mantienen otra premisa: «No somos impacientes, no tenemos un objetivo a toda costa. Hemos visto muchas empresas que crecen y pieden su esencia, pero nosotros no hemos dejado de trabajar en nuestra identidad, y cuando tenga que ser, será», sentencia.

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