La oferta del tren Al Andalus va desde los 3.000 euros a los 1.800 por dos noches. El viajero tiene un nivel adquisitivo alto. / Foto: José Luis Montero
(FOTOGALERÍA. Asi es el tren Al Andalus) Presume de ser el tren más ancho, lujoso y confortable del mundo. El tren Al Ándalus, la apuesta turística de lujo de Renfe, inició el día 17 su temporada en Andalucía:recorridos circulares de seis días y cinco noches que conectan ciudades de resonancias universales como Sevilla (punto de origen y partida), Jerez de la Frontera, Ronda, Granada y Córdoba en vagones de los años 20 que utilizó la familia real británica, pero con las comodidades del siglo XXI, salvo el wifi perpetuo «porque el concepto no es el mismo que el del AVE», explica a bordo del tren José Bejarano, técnico de operaciones de la compañía de ferrocarriles.
El tren pasa por pueblos que son auténticas estampas.
El tren, que se completa con vagones de los años 60 y 70 rehabilitados tras una inversión millonaria de la desaparecida compañía de vía estrecha FEVE, se trata de un auténtico patrimonio ferroviario que, como el Museo del Prado, «sería muy difícil que el Estado lo vendiera», explica el director de Estrategia de Renfe, Rodrigo Hilario.
Los viajeros, un máximo de 64, volvieron a disfrutar de este tren en 2012 tras un parón de varios años. Lo habitual es que estos viajeros sean extranjeros, de alto nivel adquisitivo (el coste mínimo por persona del circuito supera los 3.000 euros, aunque hay una oferta por unos 1.800 de solo dos noches; el máximo es de 3.740) y cultural. La edad media del viajero sobrepasa los 60 años. Y suelen ser amantes de los viajes y de los ferrocarriles, añade el director de Estrategia de Renfe. En 2013 la ocupación llegó al 80% y las previsiones para este año son similares. La campaña turística 2014 tiene una frecuencia semanal en primavera y otoño, al menos en su recorrido circular por Andalucía.
Tren Al Andalus. Habitaciones de lujo para un viaje de lujo. / Foto: José Luis Montero
El tren Al Ándalus es, además, el más largo convoy de pasajeros de Europa (400 metros:por comparar, el AVE mide 200). Cuenta con 15 vagones (coches, corrigen los diez tripulantes) entre coches cama, salones con mobiliario de lujo, comedores e incluso un coche-pub. «Ofrecemos no sólo viajes en tren, sino visitas culturales de alto nivel [a monumentos como la Alhambra] y experiencias como las visitas a las bodegas y espectáculos ecuestres de Jerez de la Frontera», indica Hilario, encargado de presentar a la prensa la oferta y novedades de los trenes turísticos españoles.
En el aspecto de novedades, explica Hilario, el tren Al Ándalus incorporará nuevas rutas como Sevilla-Madrid por la Vía de la Plata;el Camino de Santiago o la Ruta del Vino entre La Rioja y la Ribera del Duero. Renfe, además, completa su oferta con otros trenes turísticos de lujo como el Transcantábrico, que se pueden buscar en su web corporativa.
Los usuarios no notarán la pesadez que se asocia al viaje en tren:el tramo más largo en Andalucía es de seis horas (Ronda-Cádiz). El trayecto Sevilla-Jerez dura hora y media. Y las comidas y las noches se hacen con el tren parado, para incrementar la comodidad. De hecho, los coches salón disponen todos de butacas o sofás de hasta seis plazas, mesas de madera, lámparas de estilo modernista y pequeñas bibliotecas con una mayoría de títulos en ingles. Cada uno de estos coches tiene, además, una pequeña barra de bar. Las suites cuentan con dos camas de 90 centímetros de ancho para el lujo normal, o una de matrimonio de 180 para el lujo premium.
Los días del recorrido comienzan sobre las siete y media de la mañana, con una campanilla que despierta al pasaje. A continuación los camareros sirven el desayuno, antes de realizar actividades como excursiones (a las bodegas, en el caso de Jerez). Tras ellas se sirven las comidas en el tren (el menú de ayer, preparado por los cocineros Orlando Serrano, Carlos Peruyera y Gabriel Romero consistió en trufa de foie y crocanti, ensalada de raff con bogavante y vinagreta en su coral, merluza de pincho con arroz cremoso de mejillones y con mouse de queso y crujiente de manzana).
Después de la comida los viajeros disponen de un tiempo de relax, tras el que siguen excursiones o actividades (desde cursos de maridaje a Historia), la cena siempre a bordo y con música en directo de piano.
«Lo que más destacan los viajeros es lo acogedor del personal español, el alto contenido cultural de las visitas y cuestiones como entrar en la Alhambra sin colas y con un guía en su idioma», desgrana el responsable de Estrategia de Renfe. Bejarano, además, señala la repostería como la experiencia que no hay que perderse. Y Jerez como la parada que más emociona a los extranjeros por su visita a las bodegas y al espectáculo ecuestre. En todo caso, los viajeros lejos de pedir puntualidad, «aplauden cuando nos retrasamos», incide Hilario.
