Emilio está indignado con Orange: no sólo pretende cobrarle más de 500 euros en llamadas que está seguro de no haber realizado, sino que le han presentado una factura en la que esas llamadas son simultáneas y, aún así, el servicio de atención al cliente de la compañía telefónica no le hace ni caso. El problema aparece en su factura de agosto en forma de 20 llamadas realizadas el mismo día al teléfono de información 11864, que suman 518,22 euros -439,17 más el 18% de IVA- y que se solapan. Por ejemplo, hay una que comienza a las 11.24 horas y que según la factura dura casi media hora, pero a las 11.26 horas consta el inicio de una nueva conversación.
Harto de que la compañía le dijera que la factura estaba bien, Emilio Cabrera ha dejado el asunto en manos de la federación de consumidores Facua, que ha reclamado la anulación de la factura. Por su parte, Orange le ha cortado la línea por impago, ya que Emilio le pidió al banco que rechazara la factura.
"Nosotros no hemos llamado 20 veces al mismo teléfono, y menos haciendo varias llamadas a la vez como dice la factura", asegura enfadado Emilio. Además, si las hubieran hecho, Orange tendría que haber zanjado el asunto mucho antes, porque su contrato tiene un tope de 18 euros que este vecino de Las Candelarias, ya jubilado, estableció para no gastar más de la cuenta. Y Orange nunca lo avisó de que se hubiera pasado del presupuesto, como tendría que haber hecho.
El teléfono es el móvil de su mujer, María Domínguez, en el que Emilio respondió una llamada de Orange el 15 de agosto, en la que le decían que debía más de 500 euros. El hombre lo negó, pero aguardó a que le llegara la factura. Cuando llegó vio 26 llamadas: seis eran suyas, pero 20 eran las del 11864, todas del 9 de agosto, seguidas, de larga duración y a veces solapadas.
"Lo que mi mujer se gasta en teléfono son 6 u 8 euros al mes, porque nosotros vivimos de mi pensión: yo no trabajo porque tengo 76 años, y mi mujer 73 y no tiene ingresos, por eso puse de límite 18 euros". Emilio se acuerda perfectamente de que ese día no llamaron a ningún sitio porque estaban en el servicio de Cardiología de Marqués de Paradas, donde el hombre, operado del corazón, tenía que hacerse un electrocardiograma. "Entre lo que estuvimos allí y lo que tardamos en llegar en autobús fueron tres o cuatro horas, y en ese tiempo ni mi mujer ni yo estuvimos hablando por teléfono", niega. Ahora, Emilio espera que Facua arregle la situación, "porque si fuera verdad yo pagaría, pero esto es una estafa". Y en cuanto supere la permanencia obligatoria con Orange, abandonará la compañía.
