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Un sueño que no entiende de renovaciones

El relevo en la dirección no acarrea cambios: mismos nombres y líder continuista. Hasta hubo cierto aire de triunfalismo, pese a no haber podido derrotar al PSOE en las urnas.

el 06 oct 2012 / 19:45 h.

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Bueno emite su voto en el congreso celebrado el pasado viernes.

El PP de Sevilla tiene la virtud de renovar sin cambiar ni un ápice. El capitán del barco sí, cambió, pero el timón se mantiene con el piloto automático que dejó José Luis Sanz y, sobre todo, Juan Ignacio Zoido antes de abandonar el navío para reflotar al partido en Andalucía, a la deriva tras sufrir su revés electoral más doloroso: el de ganar las elecciones pero no poder gobernar. No lo oculta ni su nuevo presidente, Juan Bueno, un hombre de partido que es tan entregado en la refriega política con sus rivales como leal al aparato. "Claro que hay continuidad", afirmó sin tapujos en su discurso previo a su designación como nuevo líder del PP de Sevilla, donde dejó claro quiénes eran sus referentes: Sanz, Zoido y Javier Arenas.

Los cuatro fueron partícipes de un congreso edulcorado en el que la autocrítica llegó a cuentagotas y con cierto aire de preparado para la ocasión. Fue la exconcejal de la capital Charo García la responsable de escarbar un poco en la realidad escondida tras "los mejores resultados del PP en la historia". E hizo un diagnóstico más medido: no se ganó en la provincia cuando el viento soplaba más a favor y eso, para el militante, sonaba más "a fracaso" que al tono triunfalista empleado por Beltrán Pérez para presentar el informe de gestión del comité saliente.

Ese tono pudo estar influenciado en que Pérez ha disfrutado de la porción más grande del pastel: el triunfo en la capital, donde el PP cosechó una abrumadora mayoría cimentada en una imagen, la de Zoido, que cautivó al votante. Sin embargo, la realidad a extramuros es diferente y la provincia se mantuvo como la única fortaleza que el PP no pudo derribar. Y eso que tuvo hasta tres oportunidades: municipales, generales y andaluzas. En todas, el PSOE salió airoso, aunque perdiendo gran parte de esa ventaja que tenía en la provincia desde hacía más de 30 años. "Qué mal repartida está la satisfacción", llegó a afirmar el viernes Arenas, ducho en sinsabores, al comparar la alegría de un afiliado en Soria, "que siempre gana", a uno de Sevilla, donde "el triunfo siempre ha estado cargado de obstáculos".

Para ocultar "la dichosa manchita roja", como la definió el propio Bueno, había dos caminos: ensalzar lo obtenido o mirar adelante. Ambos se cogieron. Los populares vendieron más su "histórica" victoria en Andalucía, aunque el congreso era provincial y Sevilla tenía que ser el principal foco de atención y análisis, que el terreno comido a los socialistas. Y, después, tras oír las reflexiones críticas de la militancia, hubo cambio de chip y en vez de autocrítica se optó por mirar adelante: a 2015, año de elecciones municipales donde, por primera vez, el PP se ve con opciones reales de triunfo en la provincia. Su mayor esperanza está en que la diferencia con el PSOE pasó de 160.000 a 18.000 votos en cuatro años (de 2007 a 2011).

"Ni el PP ha tocado techo ni el PSOE ha tocado suelo", avisó Sanz. Para "rematar" ese trabajo, el partido se encomienda a Juan Bueno. No es una decisión baladí, ya que es un dirigente que, además de ser del círculo de confianza de Zoido, es conocedor de la realidad de la provincia gracias a sus 11 años dentro del Grupo Popular en la Diputación. Ese es, más allá de su condición de hombre de partido, el valor añadido de Bueno. El PP es consciente de que su techo en la capital se amortizó con el efecto Zoido y busca esa misma reacción en la provincia, donde ven cierto margen de mejora. Esa fue la táctica de Sanz cuando asumió las riendas del PP de Sevilla, aunque su banco de pruebas fue más el Aljarafe, que a la postre se convirtió en el granero de alcaldías del PP en 2011 (Gelves, Mairena, Palomares del Río, Bormujos,...).

El "sueño", como afirmaron en el congreso en numerosas ocasiones, está ahí, aunque con el hándicap de que ahora existe un lastre con el que no contaban hace un año: las dudas que generan las medidas de Rajoy para combatir la crisis. Para llegar a este reto, el PP de Sevilla recurre a los mismos. Ni Zoido lo oculta: "Se habla de equipo saliente, pero es el mismo". Ahí está Eloy Carmona, que pasa a ser número 2. Virginia Pérez conserva la Vicesecretaría de Organización, al igual que la diputada María Eugenia Romero y los ediles capitalinos Ignacio Flores y José Miguel Luque, que siguen con las suyas. Pocas novedades en una lista de más de cien cargos con una gran ausencia: Ana Hermoso, que fuera Vicesecretaria de Política Social y relegada tras pugnar con el candidato oficialista.

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