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Un vecino de El Gordillo acumulaba ante su casa 22 toneladas de basura

Hierros, tablones, bidones, cristales, cartones, electrodomésticos... Así, hasta sumar una mole de 22 toneladas de basura. Es lo que acumulaba un sevillano de El Gordillo en plena calle, ante su casa, unos residuos que ayer retiró el Ayuntamiento tras la denuncia de los vecinos.

el 15 sep 2009 / 09:16 h.

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Hierros, tablones, bidones, cristales, cartones, electrodomésticos... Así, hasta sumar una mole de 22 toneladas de basura. Es lo que acumulaba un sevillano de El Gordillo en plena calle, ante su casa, unos residuos que ayer retiró el Ayuntamiento tras la denuncia de los vecinos. El hombre sufre el síndrome de Diógenes, que le lleva a acumular restos inservibles.

La situación era insostenible. El departamento de Sanidad Animal de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía ya había alertado del riesgo sanitario de la montaña de basura acumulada por J.M.C.R., de 60 años de edad, residente en la barriada de El Gordillo. Sus vecinos también se habían dirigido al Ayuntamiento para reclamar su intervención, cansados de molestias, suciedad y malos olores.

El hombre llevaba meses apilando basuras en su vivienda, que le servía como nave o desván y, cuando la casa ya no dio para más, comenzó a tirar residuos ante su puerta, sin reparar en los perjuicios que ocasionaba a los demás. Poco a poco, la maraña de objetos rotos, peligrosos y sin utilidad fue creciendo, hasta el punto de impedir el tránsito normal de personas por la calle, pues la vía estaba prácticamente ocupada por completo y no se veía ni la acera ni la calzada. Por eso ayer, la unidad de Medio Ambiente de la Policía Local y los operarios de Lipasam entraron sin remilgos y limpiaron la zona, con lo que la calle quedó despejada.

Según informó ayer el Consistorio a través de un comunicado, el dueño de las basuras acudía cada poco a El Gordillo con un coche de su propiedad cargado de tableros de madera, barras de hierro, bidones de plástico y demás desechos, material que introducía en su vivienda o que dejaba en la puerta, cuando dentro se había quedado sin espacio. Prácticamente era imposible pasar por la calle -por la falta de espacio, por el mal olor que desprendía la chatarra y por el riesgo a que se movieran y cayeran algunos de los hierros o maderas-, y además impedía completamente que el vecino de enfrente entrase con el coche en su propio garaje.

Ante esta situación, y teniendo en cuenta que las basuras podían convertirse en un foco de infección peligroso, los vecinos avisaron en reiteradas ocasiones a la Policía Local sevillana para que retirase por sus propios medios la basura, ya que a ellos les resultaba imposible hacerlo, debido al volumen de material apilado. Fue ayer cuando los agentes y los trabajadores de Lipasam terminaron de retirar esos restos, apoyados por una excavadora y dos camiones-cuba de grandes dimensiones. En total, los operarios municipales necesitaron dos días para dejar expedita la vía, un tiempo en el que retiraron hasta siete cubas completas de basura y enseres, que pesaban algo más de 22.500 kilos (22,5 toneladas).

La Policía Local realizó las gestiones oportunas para localizar a los familiares del hombre y finalmente dio con uno de sus hermanos, que afirmó que sus allegados llevaban tiempo intentando evitar esta situación, pero que les resultaba "difícil" hacerlo, toda vez que su pariente padece el denominado síndrome de Diógenes.

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