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Una colonia de avutardas frena la creación de un millar de empleos en Aznalcóllar

Medio Ambiente pone trabas a la iniciativa de un grupo de agricultores de usar el agua del Agrio para regar 2.000 hectáreas.

el 10 mar 2012 / 20:41 h.

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El uso para la agricultura del agua del embalse del Agrio puede ser un motor económico para Aznalcóllar.

El proyecto de 90 pequeños agricultores de Aznalcóllar de utilizar el agua del embalse del río Agrio para regar 2.000 hectáreas de terreno está encallado, a pesar de que podría generar hasta un millar de empleos. El motivo de este atasco es que el regadío podría afectar de forma negativa a una colonia de avutardas que habita en esos suelos, según ha justificado la Consejería de Medio Ambiente para frenar la iniciativa y no dar, de momento, el visto bueno al proyecto.

A pesar de este varapalo, la comisión de comuneros impulsora del proyecto no se rinde y ha solicitado una reunión con el delegado provincial de Medio Ambiente, Francisco Javier Fernández, para exponerle que la iniciativa no afectará a las avutardas, porque según explica el portavoz de los agricultores, Marcial Domínguez, en la zona donde se va a regar no viven estas aves. Además, según recuerda, hace 40 años en Aznalcóllar los campos se regaban con agua de pozos, lo que demuestra que su proyecto es compatible con las avutardas.

Por todo ello, el portavoz de los comuneros confía en que podrán convencer a Medio Ambiente para que les autorice el regadío. De hecho, no están solos. Tienen de su parte al Ayuntamiento de Aznalcóllar y a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que se ha pronunciado favorablemente sobre la viabilidad de la concesión del agua.

Las ganas que están poniendo estos agricultores para que su sueño se haga realidad después de ocho años de trabajar intensamente en la idea está más que justificada por la cantidad de empleos que podrá generar. El proyecto no se queda simplemente en sustituir los cultivos de secano por los de regadío. Va más allá. El objetivo es crear una cooperativa para procesar y comercializar los productos, una industria que es la que crearía la mayoría de los puestos de trabajo.

Cuando surgió la idea se pensó fundamentalmente en el cultivo de cítricos, melocotones y algo de olivar, "pero como han pasado tantos años, una vez obtenidas todas las licencias, tendríamos que reestudiar el proyecto para cultivar los productos que sean más rentables", comenta Domínguez.

Pero no sólo los agricultores están poniendo todo de su parte para que la iniciativa obtenga la luz verde: el actual alcalde de Aznalcóllar, Agapito Ramírez (IU), también está trabajando para que el proyecto prospere. Primero porque, según coincide con los comuneros, en los terrenos que se pretende actuar no hay avutardas, y en segundo lugar porque sería un gran impulso económico para la localidad, "que tienen una tasa de paro del 32%".

Ramírez explica que esta idea nació para diversificar la economía en un municipio que desde el desastre ecológico de Boliden no ha remontado. De hecho, una de las personas que más apoyó la iniciativa fue la entonces alcaldesa y actual delegada de Obras Públicas y Vivienda, Salud Santana. Desde que conoció el proyecto brindó todo el apoyo institucional para que los comuneros se pudiesen constituir en comunidad de regantes, porque desde el cierre de la mina de Boliden el agua del embalse del Agrio no se utilizaba. Santana, en esa época, al igual que el actual alcalde, defendió la transformación y modernización del campo de su localidad como vía para generar empleo y riqueza.

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