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Una dosis de vibración

Los enfermos del Hospital Virgen Macarena de Sevilla la conocen como la batidora. En apariencia, es una cinta andadora; en realidad, una sofisticada máquina que hace vibrar al paciente hemipléjico en todos los sentidos.

el 14 sep 2009 / 21:55 h.

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Los enfermos del Hospital Virgen Macarena de Sevilla la conocen como la batidora. En apariencia, es una cinta andadora; en realidad, una sofisticada máquina que hace vibrar al paciente hemipléjico en todos los sentidos. El fundamental: que el medio cuerpo que se ha quedado paralizado vuelva a caminar con equilibrio.

Paso a paso, pero a buen ritmo, los pacientes de la unidad de Fisioterapia aprenden a andar de nuevo. Para ello, cuentan con una máquina que ya ha demostrado su potencial a la hora de mejorar los trastornos del lenguaje, la coordinación que roba el Parkinson y la inestabilidad que causan las lesiones en los ligamentos de la rodilla y el tobillo, que influye en el sistema hormonal y que incluso desacelera la osteoporosis y la esclerosis múltiple, dos enfermedades que resultan muy invalidantes.

Estos beneficios se achacan al movimiento estocástico que produce. "Significa que nunca son exactos. Esto es así para evitar, primero, los efectos nocivos de la vibración. Y en segundo lugar, para generar aprendizaje motriz: aprendemos a movernos tras repetir varias veces un movimiento e introducir pequeños cambios. De ahí que el equilibrio y la marcha sean automáticos hasta que alguien nos empuja. Entonces, nos desorientamos por un momento pero al cuarto o quinto paso volvemos otra vez a la marcha automática", explica Anja Hochsprung, fisioterapeuta del centro.

José Luis se siente "muy bien" tras subirse a la batidora. Hace seis meses que sufrió un accidente vascular cerebral (ACV) que hoy le ha dejado como secuela una hemiplejía del brazo y la pierna del hemicuerpo izquierdo. Ahora, a sus 54 años, camina, habla y recuerda con bastante dificultad. "No sé lo que me pasó. Sólo sé que me levanté de la siesta, me empecé a encontrar mal y perdí el conocimiento. Mi mujer llamó al 061 y estuve ingresado en el Macarena, luego me llevaron a San Juan de Dios, volví a casa... Y ahora otra vez aquí", dice, en referencia al hospital donde sigue en tratamiento. Ha tenido que dejar de trabajar como repartidor de pan del Horno San Buenaventura. Su mujer también tuvo que dejar temporalmente su empleo para atenderle tras el accidente.

Consecuencias.

Son los problemas que más se repiten entre quienes padecen una hemorragia o un infarto cerebral. "Depende de la persona, pero por lo general pierden la capacidad de deglución, sufren problemas respiratorios, dejan de controlar los esfínteres y ven alteradas la sensibilidad y el movimiento de un hemicuerpo. De pronto, su pierna derecha ha desaparecido para ellos de la memoria, para ellos no existe. En los casos muy graves pueden no mantener la cabeza o el equilibrio mientras están sentados, por lo que se caen de lado", apostilla Anja.

No obstante, José María ha tenido suerte. Aunque todavía le cuesta mover su brazo izquierdo, ya camina despacio apoyado en un bastón. Además, se siente orgulloso de haber sido uno de los diez enfermos del Macarena que por el momento ha participado voluntariamente en un ensayo clínico que pretende probar los beneficios de la batidora.

"Los resultados preliminares apuntan a que los pacientes que han sufrido una ACV mejoran el equilibrio, la marcha y cogen cierta seguridad y estabilidad después de un mes de tratamiento. Si sólo se aplica la terapia convencional, estos beneficios se logran a los tres o cuatro meses", continúa Anja, investigadora principal del estudio, premiado en las IV Jornadas Andaluzas de Fisioterapia y en el que trabaja junto a las fisioterapeutas Rosa María Mesa y Blanca Marín.

No obstante, Anja insiste en que la novedosa máquina es sólo una parte del tratamiento global que recibe el paciente tras un accidente cerebral vascular. "Su uso se acompaña de otras técnicas de reeducación de la marcha, electroestimulación funcional, ayudas ortésicas o casting (yesos progresivos), e incluso se puede combinar con inyecciones de toxina botulínica para controlar la hipertonía, más conocida como rigidez muscular". El equipo de fisioterapeutas espera probar la máquina en 50 pacientes para poder publicar unos resultados definitivos.

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