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Una espera demasiado larga

El Al-Hilal agota otro día sin responder por Emana y la paciencia del Betis; la operación puede romperse o ser definitiva hoy.

el 04 ago 2011 / 23:12 h.

Y pasó otro día y no hubo novedad de Abdulrahman Bin, hijo de príncipe de la familia saudí, propietario del club Al-Hilal pero lo cierto es que poco fiable en sus promesas. Durante todo el jueves esperaron respuesta los intermediarios que mantienen las negociaciones entre el club árabe y el Betis por el traspaso de Emana, Antonio Calzado y Keneth Ásquez. Esperaron algún contacto decisivo para poder trasladar el acuerdo ya alcanzado con el Betis, de tres millones de euros al contado y 1,5 millones de euros a plazos durante un año, al Al-Hilal. Y pintaba de otra forma el día, porque hubo, por parte de los acompañantes de Abdulhraman desde Ibiza, contactos al mediodía emplazando a los negociadores a una conversación a primera hora de la tarde. Luego hubo otro contacto, vía móvil, para retrasar esa negociación a última hora de la tarde. Y por fin hubo otro contacto emplazando esa decisiva, o eso parecía, conversación, a la noche, a última hora de la noche del jueves. Esa negociación vía telefónica y esa conversación no se produjeron. Los intermediarios esperaban aún, al cierre de esta edición, alguna llamada, aunque con menos esperanzas ya.

¿Y ahora? Evidentemente, las partes ni quieren ni pueden alargar estas negociaciones de nunca acabar. El plazo que marcaron en principio los saudíes era de 48 horas, 48 horas que ya se han agotado. Será pues este viernes cuando tanto el Betis como los intermediarios de la negociación tomen una decisión, una decisión que puede mandar al traste toda la operación. Siempre, claro está, que no haya movimientos del Al-Hilal.

Mientras tanto, Achille Emana sigue en Sevilla, al tanto de todo lo ocurrido y, cuentan sus allegados, bastante enfadado, tanto con el Betis como con el Al-Hilal, que por ahora no cumple con lo pactado.

Eso sí, opciones quizás no le falten, porque agazapado, esperando el resultado de todo este caso, anda el Dnipro, dispuesto a volver a la carga tras su propuesta de hace algunas semanas . El equipo ucraniano, que entrena Juande Ramos, estaría dispuesto a ofrecer a Emana un año más de contrato del que le ofreció en su día, mejorando incluso sus emolumentos. La situación a la que ha llegado el africano en el Betis, declarado además en rebeldía actualmente por su negativa a viajar al Reino Unido con el resto de sus compañeros, puede llegar a ser insostenible. En cualquier caso, el club sigue teniendo la intención de venderlo y sacar tajada económica por él.

Porque, a la espera de lo que ocurra finalmente con Achille Emana está, eso sí, toda la segunda parte de la planificación deportiva del Betis. Los millones que la entidad ingresaría por la venta del camerunés están reservados para fortalecer aún más el plantel verdiblanco con al menos un central y con un delantero que supliera, si es que se marcha, al camerunés. La dirección deportiva ya maneja varias posibilidades que podría acometer incluso sin el dinero por la venta de Emana en las arcas. Es el caso de la incorporación de un central en calidad de cedido. Con estos condicionantes surgen dos nombres a la palestra por su proyección y por su origen: Nacho, del Real Madrid, y Andreu Fontas, del Barcelona.

El Betis mantiene unas excelentes relaciones con ambos clubes y podría utilizarlas para hacerse con el préstamo de uno de ellos. Ambos han debutado ya en el primer equipo y los dos están a las órdenes de Mourinho y Guardiola, respectivamente, esta pretemporada. Además, existen otras opciones más experimentadas pero no tan bien vistas por Mel, como Ustaritz (Athletic), Torrejón (Racing) y Sergio (Osasuna).

En el caso del delantero las opciones también están sobre la mesa. A Pepe Mel le gusta la idea de contar con un atacante de referencia, corpulento, de perfil ‘Zigic'. El serbio actualmente juega en el Birmingham y cuenta, eso sí, con una alta ficha. Como alternativa también surge el montenegrino Nikezic, delantero del Krasnodar ruso (antes pasó por el Le Havre, de la liga francesa) que podría quedar libre y que cumple con esos requisitos, alto (189 centímetros) y además es versátil en ataque.

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