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¿Una exaltación de riesgo?

¿Corre el Cristo de Pasión y Muerte peligro de accidente al salir tumbado? El padre de la obra, José Antonio Navarro Arteaga, dice que sí

el 30 oct 2014 / 12:00 h.

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Desde el año 2004 el Cristo de Pasión y Muerte desafía las leyes de la física para salir a la calle salvando los techos bajos de una parroquia, la del Buen Aire, cuyas dimensiones no son aptas para la salida de cofradías. Aquel año la por entonces agrupación parroquial trianera sorprendía a propios y extraños estrenando un sistema por el que el Crucificado, obra del artista José Antonio Navarro Arteaga, salía recostado en horizontal sobre la mesa del paso para, una vez en la calle, ser elevado poco a poco hasta recuperar su verticalidad. Desde entonces el milagro de la exaltación en vivo de este Crucificado de vísperas se repite cada Viernes de Dolores en una escalofriante maniobra mecánica que produce cierto estremecimiento por las sacudidas de la imagen y los chasquidos del engranaje que hace posible la elevación paulatina del Crucificado. Ahora, uno de los candidatos a hermano mayor en las elecciones del próximo 21 de noviembre, José Antonio Elías Piñero, plantea abiertamente a los hermanos en su programa de gobierno la posibilidad de realizar la estación de penitencia desde otra sede ante el «potencial riesgo» que padece la integridad del Cristo de Pasión y Muerte saliendo de la parroquia del Buen Aire gracias a este sistema. Se trataría de una medida provisional hasta que se pueda erigir una nueva parroquia en la feligresía con las dimensiones adecuadas para que permita salir a los dos titulares de la corporación. El propio padre de la obra sostiene que esta dificultosa maniobra de salida «es inviable mantenerla durante años y años» y desaconseja que su Crucificado siga saliendo así ante el «riesgo fehaciente de rotura» de la cruz. En declaraciones a este periódico, José Antonio Navarro Arteaga advierte de que dos crucificados que utilizaban este mismo sistema de elevación de la cruz en Andalucía han sufrido serios percances. Uno de ellos, explica, es el Cristo de la Expiración de Motril, que el pasado Viernes Santo caía de espaldas sobre su trono en el momento de ser izado minutos después de realizar su salida hiriendo a tres costaleros de refresco, un accidente que fue noticia en todos los medios nacionales. «En ese caso –señala Navarro Arteaga– no es que se partiera la cruz. Lo que falló es el mecanismo de subida del madero al no soportar el peso de la propia imagen». La cofradía motrileña pudo continuar la procesión llevando al Cristo a hombros, ya que el paso quedó apartado del cortejo. Las relaciones del padre de la obra con la actual junta de gobierno de la hermandad de Pasión y Muerte no atraviesan por su mejor momento. Es por ello que Navarro Arteaga asegura desconocer en qué condiciones se encuentra el Cristo de Pasión y Muerte «ya que no me dejan verlo». «Sé positivamente que las sacudidas que recibe la imagen cuando es elevada no son buenas. Además, el que siga saliendo con este sistema provoca que el Cristo tenga que cambiarse de cruz dos veces al año, ya que la cruz de salida debe ser más larga para encajar en el cajillo y por tanto es distinta a la que tiene en la parroquia». El imaginero se queja de que los actuales rectores de la hermandad le mantienen «lo más alejado posible de la imagen» y censura la manipulación que se hace de ella para cambiarle al Cristo la cruz «por gente que no es profesional». Para salvar los bajos techos, el Crucificado sale tumbado sobre el paso y, ya en la calle, recupera su verticalidad. / JOSÉ LUIS MONTERO Para salvar los bajos techos, el Crucificado sale tumbado sobre el paso y, ya en la calle, recupera su verticalidad. / JOSÉ LUIS MONTERO Navarro Arteaga, que figura como «director artístico» de la candidatura de Elías Piñero, ha elaborado un concluyente informe sobre el peligro que para la integridad del Crucificado entraña este sistema de salida. En él habla de las «fuerzas y tensiones que soporta el madero, que en algunas secciones es hueco» justo en el momento de la elevación del Crucificado y apela a las leyes de la física para aconsejar que se busque «de manera inmediata» la salida en vertical de la imagen. Si se imaginan el madero como un gran árbol, éste sería izado en un diámetro de 13 centímetros con un peso en la copa aproximado de 90 kilos. El imaginero concluye que existe un «peligro de rotura fehaciente». «Es totalmente desaconsejable que el Cristo salga de la manera que lo hace en estos últimos años, debiéndose buscar la salida en vertical de manera inmediata por el buen estado de la imagen, de la que todos los hermanos somos propietarios y responsables, y por un patrimonio que es a su vez de toda Sevilla y, por consecuencia, valedores de dicho legado». Navarro Arteaga va más allá y sostiene que «como autor de la escultura, el derecho de propiedad intelectual sobre la obra me ampara para exigirle a la hermandad un correcto y adecuado mantenimiento». Frente a la propuesta del candidato Elías Piñero de realizar la estación de penitencia de la hermandad desde otro templo, el hermano mayor de Pasión y Muerte, Antonio Martín, defiende que la cofradía de vísperas de Triana debe seguir saliendo desde su actual sede canónica, si bien matiza que «más tarde o más temprano hermandad y parroquia deberán cambiar de sede, ya que el templo no reúne las condiciones para que la parroquia permanezca en él muchos años más». Asegura además que en la última inspección que realizó Navarro Arteaga al Cristo «él mismo reconoció que no había sufrido daños». En su opinión, «el peligro que puede sufrir nuestro Cristo saliendo con este mecanismo es el mismo que puede padecer cualquier otra imagen que salga desde una puerta pequeña. ¿O cómo sale, acaso, el Cristo de Santa Cruz? ¿Y el palio de Jesús Despojado, cómo sale?», se pregunta de manera retórica. Y concluye: «Hay imágenes que, incluso llevadas en andas, sufren accidentes. Pero porque se haya caído un Cristo en Motril no tiene por qué caerse el mío».

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