Desde la entrada de la gasolinera al surtidor está indicado en la calzada.
La idea le surgió a Juan Manuel Sánchez, propietario de la estación de servicio, viendo el telediario. "Desde hace años estaba preocupado en dar una instalación para que personas con movilidad reducida no tuvieran que pitar o hacer señales", asevera. En una de las noticias se contaba cómo el sistema Pulsayvoy se estaba instalando en restaurantes y pensó en aplicarlo a uno de sus surtidores.Cuando la persona de movilidad reducida -puede ser un discapacitado, una mujer embarazada o con dificultad para moverse- llega al surtidor específico para este servicio, pulsa el timbre. Inmediatamente llega una señal a un receptor situado en la oficina y al reloj del trabajador. El reloj vibra, muestra el número del dispositivo a atender y sale.
La estación es de autoservicio, pero en este caso, se le echa el combustible, se le da lo que necesite comprar y se le cobra, todo sin necesidad de bajarse ni de hacer ningún tipo de señal acústica. Tanto a la entrada de la gasolinera, como en el surtidor, hay señalizaciones en la calzada indicando este servicio para personas de movilidad reducida.
Éste proyecto piloto, instalado desde principios de julio, se extenderá a otras gasolineras del grupo El Colorado. La iniciativa se enmarca en la política de responsabilidad social corporativa de la empresa. De las siete gasolineras que conforman el grupo -dos en Chiclana, dos en Estepa, dos en Sevilla y una en Roche-Chiclana-, ya está instalado en la segunda estación de Mairena y se prevé colocar dispositivos en las dos estaciones de servicio de Estepa y en una de las de Chiclana.
Unas dos personas semanales recurren a este servicio desde sus inicios. El propietario admite que su idea no fue por cantidad sino por puro altruismo: "Existe un problema, existe una solución, pues vamos a facilitarla".
El sistema Pulsayvoy también se ha aplicado a otros servicios de la gasolinera como los aspiradores, el puente de lavado o el servicio de aire y agua. Cada puesto está numerado y se refleja en el reloj. De esta manera el trabajador acude directamente al puesto que le solicita.
La instalación de este sistema supone un coste total de 1.000 euros. "No es caro, sobre todo para el detalle que vas a tener", comentar el propietario. La idea ha tenido muy buena acogida en la empresa de carburantes (Repsol) y la idea ya se está extendiendo, con el propósito de que se aplicar a cualquier surtidor.
Una iniciativa que deja a un lado el beneficio económico por un servicio de calidad excelente.
