Aunque el presidente de la sociedad del Estado Olímpico, Manuel Jiménez Barrios, aseguró ayer que en el recinto no se ha detectado ninguna grieta y sí el "desplazamiento de una junta", asistentes al concierto de U2 que entraron por la puerta N al sector 107 alertaron de la aparición de una grieta de grandes dimensiones en el estadio. De hecho, incluso aseguraron que escucharon el ruido al romperse el hormigón.
Aunque Jiménez Barrios restó importancia al hecho, apuntó que en la mañana de ayer fueron avisados los técnicos para inspeccionar la zona y las posibles consecuencias de la "apertura de esa junta". "Por ahora no sabemos más, pero es imposible que ocurra nada grave en el estadio porque tiene miles de pilares. No se puede caer nada", sentenció.
El presidente de la sociedad del Estado Olímpico añadió que los técnicos, en un primer momento, no le dieron "excesiva importancia" a la fisura, si bien apostilló que "este tipo de cosas hay que verlas bien".
Por eso, los técnicos informarán el lunes de los motivos de este "desplazamiento de una junta", así como de sus consecuencias si las hubiere y las medidas a desarrollar para asegurar la perfecta conservación del estadio Olímpico, donde el pasado jueves se congregaron 80.000 personas en el concierto más multitudinario registrado en la ciudad.
Jiménez Barrios también indicó que no tenía constancia de que durante la actuación de U2 se produjese "alarma" entre los asistentes, si bien algunos de ellos incluso avisaron al personal que asistía al público en el concierto.
El estadio de la Cartuja, el tercero más grande de España después del Camp Nou y el Santiago Bernabeu, es obra de los arquitectos Cruz y Ortiz y fue diseñado siguiendo todos los criterios del Comité Olímpico Internacional con vistas a acoger los Juegos Olímpicos de 2004, de ahí que se bautizara como olímpico, aunque no lo es. Fue inaugurado por los Reyes el 5 de mayo de 1999 en un partido de fútbol entre España y Croacia y, después, tras el Mundial de Atletismo, estuvo años sin apenas uso.
