Cofradías

Una levantá que cumple setenta y cinco años

"La primera vez que mandé el paso de la Virgen de la O fue en 1947, con diez años".

el 01 abr 2010 / 18:33 h.

Rafael Ariza, junto al paso del Nazareno de la O.

Cuando Rafael Ariza Sánchez nació en 1937, en plena Guerra Civil, el apellido que le aportó su padre José ya era conocido en Sevilla por su maestría a la hora de mandar los pasos de su Semana Santa. Su abuelo, Rafael Ariza Aguirre, comenzó a firmar cofradías como capataz titular en 1924 tras varios años a las órdenes de Rafael Franco Luque, el revolucionario que a principios de siglo cambió la concepción del mundo del martillo y el costal.

Decano de los capataces sevillanos, Rafael casi ni recuerda el primer año que formó parte de la cofradía de La O, aunque sí conoce con detalle la curiosa historia que, hace 75 años, hizo que los Ariza se hicieran cargo de los pasos de la hermandad de la calle Castilla. "Mi abuelo empezó a sacar el Cachorro en 1930, ya que el hermano mayor tenía una flota de carrozas y mi abuelo era capataz de los carreros. Entonces, Bejarano, que era capataz del muelle, sacaba La O, pero llegaron a un acuerdo comercial por el que se intercambiaron las cofradías". Eso fue en el año 35, dos años antes de que naciera Rafael, y aún hoy, 75 años después, son Ariza los que mandan sus pasos.

Sólo en dos ocasiones, debido a la enfermedad de José Ariza Mancera, su padre, otros capataces mandaron los pasos de La O. "En el 72 y el 73 nos retiramos de las cofradías por la enfermedad de mi padre. El primer año lo sacaron Domingo Rojas y el Moreno. El segundo lo iba a sacar Vicente Pérez Caro, pero llovió y no salió la cofradía. Ya en el año 74, el grupo joven de la hermandad organizó una excursión a Cazalla de la Sierra y allí propusieron a Ramón Martín Cartaya crear una cuadrilla de hermanos. Sólo eran quince, pero se juntaron con los de San Esteban y sacaron los pasos de las dos cofradías", recuerda Rafael.

El decano es un hombre de excelente memoria y, de hecho, rememora con exactitud su primera vez ante el palio de La O. "Fue en el 47, iba vestido de nazareno tras los ciriales del palio, que era donde se ponían los nazarenos entonces. Mi abuelo me quitó el capirote bajando el Altozano y me dijo que me pusiera a mandar a ver si era capaz de ser capataz o no, y desde entonces no volví a vestirme de nazareno, excepto los años 72 y 73. Aquel año estaban en un balcón del Altozano Manolete y Arruza, los grandes toreros de la época. Es una fecha inolvidable".

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