El Betis no tiene ni mucho menos la mejor defensa de Primera División. De hecho, ha encajado tantos goles como el colista de la categoría, el Espanyol: 22. Por ranking, sólo tres equipos han recibido menos tantos que el conjunto verdiblanco. Pero a la defensa, a la solidaridad, al coraje y a otras muchas virtudes que no aparecieron en el derbi se acogieron Pepe Mel y sus futbolistas para batir en buena lid al Real Madrid, con un potencial ofensivo tan conocido que el dato de que sea la segunda escuadra más goleadora de la Liga, por detrás del Barcelona, es casi prescindible. Pero ese monstruo que llevaba 32 goles en 12 partidos, rozando los tres por encuentro, fue frenado por un adversario herido en lo más íntimo de su ser por los cinco goles como cinco dagas que le había clavado el Sevilla seis días antes. Fue una metamorfosis en toda regla para un milagro.
El Betis, para empezar, dejó su portería a cero después de encajar nueve goles en las tres últimas jornadas, a razón de tres por partido (2-4 ante el Getafe, 1-2 en casa con el Granada y los famosos cinco del derbi). Lo consiguió con el mismo guardameta que empezó a inclinar el derbi del lado nervionense, lo cual dice mucho, y bueno, a favor de Adrián, que redimió sus pecados anteriores con ocho paradas, ocho, algunas tan espectaculares como las que se interpusieron entre Kaká, Benzema o Cristiano y el gol. Y también lo consiguió con una defensa inédita y reconstruida con tres nuevos elementos: el lateral derecho, Ángel, y los centrales, Amaya y Dorado. El único zaguero de la alineación ante el Sevilla que sobrevivió fue Álex Martínez.
Tras el partido, Mel dedicó un elogio exclusivo a los dos centrales. Amaya y Dorado, los zagueros que menos minutos han tenido hasta ahora, respondieron con una solvencia exquisita y acabaron siendo un frontón para el Real Madrid. Entre ambos hicieron la friolera de 46 despejes, 24 del madrileño y 22 del cordobés, y entre cabezazos y coberturas siguieron puliendo una magnífica estadística conjunta: han compartido titularidad en seis partidos (cinco en la pasada temporada) y de momento llevan cinco victorias (un 83% del total): la del sábado ante el Madrid y frente al Mallorca (1-0), el Zaragoza (4-3), el Atlético (0-2) y el Málaga (0-2) en la pasada campaña. Su única derrota fue el 4-1 del Bernabéu. Obsérvese que en la mitad de todas sus apariciones como pareja titular, tres encuentros, el Betis no encajó ningún gol.
Con esta zaga totalmente modificada, lo cual por cierto también habla maravillas del rendimiento de futbolistas condenados al banquillo e incluso a la grada, logró el conjunto de Mel parar a la máquina madridista. Un par de detalles corroboran la grandeza del logro. Para empezar, el Villamarín se ha convertido ya en el único campo de la Liga donde el Madrid nunca ha ganado tres veces seguidas (hasta en el Camp Nou lo hizo): pudo dejar de serlo el sábado, ya que los merengues venían de un 2-3 en la 2011-12 y un 1-2 en la 2008-09, pero no pudo ser. Y el segundo detalle: es la quinta vez en las dos últimas temporadas que el Madrid de Mou no marca en un choque de Liga. En esta misma se quedó en blanco en su otra visita a Sevilla, al Sánchez-Pizjuán (1-0), y en la 2011-12 lo hizo fuera ante el Levante (1-0) y el Racing (0-0) en las jornadas 3ª y 4ª y en casa contra el Valencia (0-0) en la jornada 31ª.
En total es la décima vez que el Betis consigue que el Real Madrid no marque en Heliópolis en la Liga. Las nueve anteriores fueron en la 32-33 (0-0), 34-35 (1-0), 59-60 (1-0), 63-64 (1-0), 71-72 (0-0), 76-77 (2-0), 81-82 (0-0), 94-95 (0-0) y 95-96 (0-0). Desde ese último año, el conjunto merengue había empalmado trece visitas ligueras haciendo al menos un gol.
