La muerte en las últimas semanas de tres linces del programa de cría en cautividad por Enfermedad Renal Crónica (ERC), patología que afecta a la mayoría del medio centenar de estos ejemplares, amenaza la primera liberación de estos animales en la naturaleza, prevista para este año.
Un objetivo básico del programa de cría en cautividad de este felino, considerado el de mayor riesgo de extinción del planeta, era precisamente obtener un número suficiente de ejemplares para liberarlos en zonas seleccionadas y ampliar así los dos únicos territorios ocupados por el lince ibérico: Sierra Morena y el Parque Nacional Doñana.
Las primeras sueltas de linces nacidos en cautividad estaban previstas para este año, con ocho ejemplares que aumentarían a once a partir de 2011 para acumular 116 individuos antes de 2020. Esta situación se ha agravado porque en la actual temporada de cría en cautividad sólo han copulado ocho de las 27 hembras seleccionadas, repartidas en los centros de El Acebuche (Doñana), La Olivilla (Sierra Morena), el Zoobotánico de Jerez de la Frontera y Silves (Portugal), circunstancia que técnicos del programa de cría en cautividad explican por las malas condiciones meteorológicas o por la ERC.
Estos técnicos también han confirmado que, en contra de lo afirmado, la ERC sólo afecta a linces nacidos en cautividad, y no a los ejemplares nacidos en la naturaleza chequeados. Con la muerte, ayer, del último lince, Cromo, ya son tres los ejemplares de esta especie que han sufrido las consecuencias de la ERC.
La Junta de Andalucía comenzó a final del año pasado la primera reintroducción de linces en antiguas fincas de caza seleccionadas de la zona de Guadalmellato (Córdoba), iniciativa calificada de "experimental" y en la que se han utilizado ejemplares nacidos en la naturaleza.
