Una rebelión para cada generación

Dos manifestaciones sacaron a los sevillanos a la calle el 28F. La convocada por UGT y CCOO, a la que acudieron dirigentes de PSOE e IU, atrajo a los trabajadores de grandes empresas y a los mayores. Los jóvenes se unieron a la marcha alternativa del llamado Bloque Crítico.

el 28 feb 2013 / 11:30 h.

Hace 36 años que Juan Manuel y Rafaela no acudían a una manifestación. Entonces iban con su hija mayor en brazos y la pequeña aún en la barriga de su madre. Ayer, con 64 y 63 años respectivamente, fueron solos. Pero en ambos casos les movió el mismo impulso. Rafaela lo resume con una expresión muy andaluza. "Entonces se estaban choteando de Andalucía y ahora también".

 

La pareja de pensionistas acudió en Sevilla a la protesta convocada en todas las provincias -que reunió a 50.000 personas en toda Andalucía según los sindicatos y 20.000 según la Delegación del Gobierno- por la Plataforma Compromiso Social por el Progreso de Andalucía -que aglutina a 30 entidades de consumidores, vecinos, autónomos o pymes- y los sindicatos UGT y CCOO, y a la que se sumaron los tres miembros del Gobierno andaluz de IU, con el vicepresidente Diego Valderas a la cabeza, y diputados del PSOE-A sin responsabilidad en el Ejecutivo, con el vicesecretario general del partido, Mario Jiménez, como rostro visible. Juan Manuel y Rafaela, especialmente indignados por su condición de pensionistas con el recurso del Estado a la subasta de fármacos de la Junta, valoran la presencia de los dirigentes andaluces ayer en la calle junto a la ciudadanía. Defienden que "la Andalucía de hoy no tiene nada que ver con la de hace 30 años y lo digo yo que me he pasado 40 años haciendo carreteras y sé cómo estaban y cómo están", dice Juan Manuel, convencido de que la comunidad ha avanzado más cuando en Madrid también gobernó el PSOE.

Valderas o Jiménez no sufrieron ayer el síndrome Beatriz Talegón, la dirigente de las Unión Internacional de Juventudes Socialistas que cantó las cuarenta a los suyos en un congreso pero fue abucheada en una protesta antidesahucios. Pero sí sus compañeros de partido que se unieron a la marcha de Cádiz, donde se vivieron "tensiones" cuando un grupo de extrabajadores de Delphi los abuchearon. En Sevilla, quienes rechazan los recortes "vengan de donde vengan" y culpan a 30 años de gobierno socialista de que Andalucía esté "en la Champion League del paro" acudieron a una manifestación alternativa convocada por un Bloque Crítico de 50 organizaciones.

Esta segunda protesta, donde se vieron pancartas con lemas como "Rajoy, Griñán y Valderas, los tres teneis tijeras" y a la que acudieron trabajadores de empresas públicas como el Infoca o la RTVA, se detuvo un rato ante el Teatro de la Maestranza, donde se celebraba el acto institucional de entrega de las Medallas de Andalucía, y acabó a las puertas de San Telmo con mensajes muy críticos contra el PSOE y, sobre todo IU, cuya entrada en el Gobierno andaluz, dijeron, generó unas "expectativas" que se han visto frustadas porque "¿De qué nos sirve que esté Valderas ahí?", lamentaron. Para organizaciones como 15M, Stop Desahucios, Izquierda anticapitalista, Plataforma de afectados por las hipotecas, CGT, SAT, Marea Verde (profesores por la escuela pública) o Equo es el momento de la "lucha en las calles" porque no sienten representados ni defendidos sus derechos desde el Parlamento.

Más allá de la capacidad de movilización de unos y otros -en Sevilla los convocantes de ambas cifraron el seguimiento en 10.000 personas y la Policía entre 3.000 y 4.000-, el espíritu reivindicativo del 28-F de 2013 tuvo una clara división generacional.

Los sindicatos de clase y el Gobierno andaluz de PSOE e IU movilizaron sobre todo a los trabajadores de las grandes empresas e industrias implantadas en la comunidad que están sufriendo los efectos del cierre de fábricas, despidos y Expedientes de Regulación de Empleo, como Roca -sus empleados acudieron a pie desde la factoría en Alcalá de Guadaíra-, Danone, Santa Barbara, Fundiciones Caetano o Cargill. También a aquellos que vivieron las dificultades del proceso autonómico y recordaban emocionados como "entonces el pueblo se levantó en masa, había mucha más gente y sobre todo con más ilusión, porque ahora no tienen ilusión ni los jóvenes y a los mayores nos duele mucho, porque vais a perder ustedes, ver cómo todo lo que hicimos se está hudiendo", señalaba un jubilado de 76 que prefirió no dar su nombre. Su análisis es claro: "Hoy [por ayer] debiera estar aquí Sevilla entera y no hace falta tanta bandera, solo la andaluza y la española además, y a ver si somos capaces de levantar esto porque va a costar mucho trabajo. Históricamente hay una cantidad de poderes que no quieren que Andalucía se levante porque somos casi nueve millones de habitantes, como cualquier país pequeño europeo. No les interesa, ni que la gente sepa, estudie, que tú seas periodista y os van a manipular. Nosotros nos tuvimos que ir, yo emigré con mi mujer a Alemania del 63 al 68 para volver después y comprarme ¡un piso!, no un palacio", lamentó, sin eludir la crítica al "partido mayoritario aquí que también ha metido la pata y la sigue metiendo".

Los líderes sindicales Manuel Pastrana (UGT) y Francisco Carbonero (CCOO) destacaron que convertir el 28-F no sólo en un día de celebración institucional si no también de reivindicación "ya es un cambio importante". Además, anunciaron que es el inicio de una campaña continua de movilizaciones para conseguir desde la calle que el Gobierno central rectifique su política económica y de recortes pero también para pedir a la Junta más "coraje" para plantar cara a Madrid y frenar la pérdida de derechos sociales con planes de empleo y estímulo económico que demuestren otra forma de afrontar la crisis.

El vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, defendió la presencia de los consejeros de IU en la manifestación -le acompañaron Elena Cortés (Fomento) y Rafael Rodríguez (Turismo) además del portavoz parlamentario Ignacio García y el eurodoputado Willy Meyer- como prueba de "la cercanía con los ciudadanos" del Gobierno andaluz y especialmente de su formación. "Es una actitud reivindicativa y de legítima defensa de nuestro Estatuto que consagra la economía al servicio de la ciudadanía y las políticas de rostro humano", señaló.

Desde el PSOE-A, su vicesecretario general, Mario Jiménez -también acudieron el portavoz parlamentario Francisco Álvarez de la Chica y diputadas como Verónica Pérez o Clara Aguilera-, señaló que "es un día para conmemorar 30 años de autonomía y autogobierno pero también para reivindicar que hay otra manera de afrontar la difícil situación actual". A su juicio los últimos resultados electorales y encuestas como las publicadas ayer en este y otros periódicos demuestran que "Andalucía no respalda el camino que está tomando el PP".

A las manifestaciones no acudieron miembros socialistas de Gobierno pero en Sevilla estuvo, apartado del resto de políticos, el expresidente de la Junta durante 19 años, Manuel Chaves, para quien un Día de Andalucía de movilización "tiene sentido porque este 28-F se celebra en un escenario en el que mucha gente lo está pasando mal y hay reivindicar otro tipo de políticas al Gobierno central". Justificó la ausiencia de consejeros del PSOE por la "incompatibilidad" con los actos institucionales.

Sin embargo, la protesta oficial no logró atraer a los jóvenes llamados a diseñar el futuro de la comunidad, y que los líderes de UGT y CCOO criticaron que se vean abocados a emigrar como sus mayores para ser "la mano de obra del resto". Éstos, y también muchos docentes y sanitarios y las familias ocupas de las corralas, se alinearon con el Bloque Crítico que, según el líder del SAT, Diego Cañamero, es la "Andalucía profunda" llamada a dar "una batalla que comenzamos hoy". Desde el 15M Antonio Buenavida presumió de que "son los ciudadanos los que están parando desahucios" y pidió que "cada uno hable con sus vecinos para salir a la calle porque si esto no lo cambiamos nosotros no lo va a cambiar nadie".

Entre unos y otros, una figura que quizás refleje mejor que nadie el espíritu del Día de Andalucía. Carlos, un joven parado que se "busca la vida" vendiendo banderas en el fútbol y que ayer vio en el 28-F una oportunidad, ofrecía a voces la blanquiverde "más barata" y mirando de reojo a la Policía "porque no tengo licencia, aunque hoy se están portando".


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