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Una salida al abandono

La Asociación de Recuperación y Protección de Animales de Carmona (ARPAC) realiza una labor voluntaria de recogida y cuidados de los canes en respuesta a un drama con especial incidencia al finalizar la época de caza.

el 22 mar 2014 / 22:47 h.

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El municipio de Carmona se enfrenta a un verdadero problema social en lo que a abandono y maltrato animal se refiere. Es por eso que la Asociación de Recuperación y Protección de Animales de Carmona (ARPAC) nace como entidad sin ánimo de lucro para proporcionar a estos animales la oportunidad de recuperarse y vivir dignamente en hogares donde se les quiera y les cuide. «Aquí es muy habitual el abandono de galgos al finalizar la época de caza y, como en muchos otros sitios por desgracia, el de otras razas en la época estival», señala Pepa, la presidenta de Arpac. Junto con varias amigas, analizó la triste situación que se da continuamente en el término municipal en lo que a animales respecta, y decidieron comenzar su andadura fundando la asociación. abandono-animalesUn origen en el que la residencia «Casa de Mascotas Los Jinetes» tiene mucho que ver. Regentado por Eva, este espacio es mucho más que un alojamiento cualquiera: en él, se ofrecen los servicios de alojamiento, peluquería canina, atención veterinaria, asesoramiento y alimentación e incluso un crematorio. «Colaboramos directamente no solo con Arpac, sino con otras asociaciones que lo único que buscan, al igual que nosotros, es el bienestar animal», asegura Eva, que en sus instalaciones proporciona espacio no solo para las mascotas que sus dueños dejan allí durante las vacaciones, sino que también tiene un cupo para aquellos animales que Arpac recoge: «ya nos gustaría tener sitio para todos, pero los escasos recursos con los que contamos no nos lo permiten». Y es que estas asociaciones no cuentan con ningún tipo de apoyo económico público, y toda la inversión parte del bolsillo de los propios socios. «El perro que llega aquí tiene que ser desparasitado, necesita analíticas y vacunas para poder salir en adopción. Solo la aportación de las personas que adoptan estos animales es la que hace posible que luego se pueda volver a invertir en otros». Esto obliga a buscar financiación alternativa para seguir llevando a cabo la labor de recuperación y protección de los animales de Carmona. Así, desde Casa de Mascotas, entre otras actividades, se imparten cursos a los propietarios de canes sobre terapia animal, tales como reiki, homeopatía o psicología canina. Tanto Eva como Pepa coinciden en que «todo lo que podamos hacer se queda corto, porque el drama en esta zona es importante». Fundamentalmente, el problema está en que Carmona no tiene registro de animales, por lo tanto es complicado controlar cuántos hay en el municipio. Así, «los galgueros pueden tener uno o dos perros registrados, pero la realidad es que llegan a tener muchos más que, cuando finaliza la época de caza, ya no les sirven». Pero no solo afecta la problemática del galgo. La localidad cuenta con gran cantidad de urbanizaciones que son segundas residencias, y «hay muchas familias que dejan a los perros solos en el campo, y acaban escapándose. Los dueños no son conscientes del peligro que conlleva, porque se pueden dar accidentes o transmitir enfermedades». En este sentido, ambas afirman que la clave está en la educación desde la base: «lo principal es concienciar de que tener mascota no es un juego. Conlleva una responsabilidad importante que es necesaria interiorizar». Por eso, Casa de Mascotas puso en marcha el proyecto El Galgo de Carmona, el perro del viento, destinado a chicos y chicas en edad escolar. «Los jóvenes tienen que aprender qué significa tener un perro, así como desarrollar las primeras atenciones que necesitará el animal, entender su lenguaje y su comportamiento. Solo así se refuerza el sentimiento de cariño y respeto», apunta Eva. En la línea de este proyecto de concienciación, a finales del año pasado surgió el I Congreso Nacional sobre Gestión, Legislación y Terapias Alternativas para Animales de Compañía, que se celebró en Carmona y que Eva, como presidenta del comité organizador, asegura que «fue una excelente plataforma para crear otras formas de gestión y mejor comunicación con la administración y descubrir terapias alternativas para mejorar la salud de los animales». El Congreso volverá a realizarse en otoño de este año, y pretende ser un altavoz para quienes divulgan proyectos y programas útiles en beneficio de los animales, así como dar un toque de atención a quienes tienen recursos para dar soporte legal, administrativo y económico «pero no lo hacen porque consideran que esto no es importante». Y es que en España seguimos estando a la cola de muchas cosas. Así, resulta curioso que las adopciones de animales que consigue Arpac sean, en su mayoría, de habitantes de otros países europeos, principalmente de Austria, Bélgica o Suiza. No obstante, tanto ella como Pepa aplauden que en torno a mil personas acudieran el pasado mes de febrero a la manifestación que se convocó en Sevilla contra el maltrato animal. Desafortunadamente, aún queda mucho camino por recorrer, teniendo Sevilla el lastre de ser la tercera ciudad europea en abandono animal. Y hasta que esto cambie, será más que necesaria la existencia de refugios como Casa de Mascotas o de asociaciones como Arpac.

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