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Deportes

Una situación impensable que tiene al sevillismo en éxtasis

Visto lo visto hasta la fecha, sólo queda felicitar a los responsables que han posibilitado llegar a este momento y en este momento. Quienes están y quienes ya no están.

el 25 abr 2014 / 00:50 h.

sevillafc-valenciaSigue la fiesta en Nervión. El Sevilla Fútbol Club sigue encaramado a la ola del triunfo y el Sánchez-Pizjuán sigue siendo una fiesta cada vez que toca partido. Ya sea en Liga o Europa, el cañonazo de sevillismo con el que salen los aficionados del estadio pensando ya en el siguiente choque es tremendo. La comunión es total y la estimulación va del césped a la grada y viceversa. Era impensable pensar esta situación hace algunos meses pero a estas alturas de la temporada y visto lo visto hasta la fecha, sólo queda felicitar a los responsables que han posibilitado llegar a este momento y en este momento. A quienes están y quienes ya no están. Y hay que darles la enhorabuena porque los objetivos que se marcaron el pasado verano se han cumplido ya con creces. Con una plantilla completamente nueva no resultó fácil encajar todas las piezas para que funcionaran a pleno rendimiento. Pero poco a poco el cuerpo técnico ha ido lubricando, puliendo y colocando cada cosa en su sitio para que este Sevilla sea ahora mismo una máquina de ganar cuando todo estaba previsto que tenía que funcionar a este nivel, o puede que más, en tres temporadas. Todo el sevillismo quiere la guinda de la final de la Liga Europa y, lógicamente, ganarla. Pero se llegue o no se llegue el 14 de mayo a Turín –caer sería duro, muy duro– se gane o no se gane, todos los aficionados que ahora están en un momento de euforia deben echar la vista atrás y valorar todo el trabajo hecho. No ha debido ser nada mala la temporada para tener opciones de lograr una plaza de Liga de Campeones a falta de cuatro jornadas y tener un pie en la final de la Liga Europa, diga lo que diga don Unai. El pie está, otra cosa es que te lo quiten de una patada. El sevillismo ya sólo tiene que disfrutar y estar con el equipo. Si hay un tropezón, que puede haberlo porque esto es un deporte, la afición debe dar para que levantar los ánimos lo más rápido posible y ayudar a poner remedio en el siguiente partido. No caben los reproches. No sería justo. Esta comunión entre la grada del Ramón Sánchez-Pizjuán y la primera plantilla hacía muchos años que no se veía con tanta asiduidad. Justo desde la temporada que se levantó la segunda copa de la UEFA: 

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